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El estudio de los primeros poblamientos humanos de Europa durante el Pleistoceno inferior (1,8-0,78 millones de años) constituye un tema importante de investigación en prehistoria. En este contexto, a causa de los diversos descubrimientos desde los años 90, los yacimientos de Atapuerca (Gran Dolina, Sima del Elefante) constituyen claramente un punto de referencia.
Pero éstos dos no son los únicos, en realidad forman parte de un conjunto de yacimientos arqueológicos antiguos que están situados a través de toda Europa, principalmente al lado del borde mediterráneo. Este conjunto está compuesto, entre otros, de los dos yacimientos andaluces de Orce, Barranco León y Fuente
Nueva III, los yacimientos italianos de Ceprano, Monte Poggiolo y Pirro Nord, de los franceses de la Grotte du Vallonnet, Pont-de-Lavaud y Lunery, y más al este, del yacimiento de Dmanissi (República de Georgia), considerado como el más antiguo
fuera de África.
La datación de dichos yacimientos constituye un gran desafío para la investigación, porque es realmente la base necesaria para poder después construir teorías arqueológicas y antropológicas (vías de migración seguidas, evolución del género
Homo, evolución tecnológica…).
Por eso, la datación de cualquier yacimiento pasa por la utilización combinada de varios tipos de métodos, en función del contexto geológico y del rango de tiempo datado: biocronología, paleomagnetismo, Electron Spin Resonance (ESR), luminiscencia, potasio-argón (K-Ar), elementos cosmogénicos…Esta combinación de métodos constituye ahora un trámite imprescindible para tener un marco cronológico coherente de la primera colonización de Europa por el género Homo.
