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Hayedo entre Sajambre y Ponga
En la imagen, Hayedo entre Sajambre y Ponga. Fotografía cedida por María José Bañuelos.

La población de urogallos de la Cordillera Cantábrica continúa disminuyendo, y la ecuación que permite explicar por qué aún no está completa. Pero éste no es el único síntoma de las amenazas que cercan los ecosistemas cantábricos: el cambio global, la caza ilegal o la fragmentación del territorio natural son otros depredadores que se alimentan de la propia Naturaleza. Una plantilla de investigadores en expansión ya está trabajando desde el Instituto Cantábrico de Biodiversidad para contribuir a conservar la riqueza biológica, tanto de Asturias como de otros lugares del mundo.

Entre los objetivos del Instituto destaca conocer, por ejemplo, cuáles son los problemas de los individuos y los grupos para relacionarse entre sí, algo que puede influir en la variabilidad genética y, por tanto, en la buena salud de las especies. Pero su trabajo no se limita a la Cordillera: investigadores del Instituto colaboran en proyectos internacionales que estudian ecosistemas de EEUU, Suecia o Finlandia. Y es que la relación de estos países con la fauna de los montes asturianos es mucho mayor de lo que puede parecer a primera vista. “Una de las ventajas de acometer este tipo de proyectos internacionales es que podemos observar cómo los problemas globales afectan a las especies de forma muy similar”, explica Paola Laiolo, investigadora del ICAB.

Fuente: FICYT
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