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El estudio se ha publicado en el último número de la revista ‘Comprehensive Psychiatry’

La adicción al juego también afecta a las mujeres

En los últimos años, el perfil del jugador patológico ha dejado de ser exclusivo de los hombres de mediana edad para centrarse también en mujeres y adolescentes, siendo sobre todo las primeras quienes muestran diferencias clínicas y de personalidad más marcadas. Un nuevo estudio, liderado por investigadores catalanes, defiende la importancia de identificar estos mecanismos diferenciales para implementar el tratamiento de este trastorno.

Las mujeres adictas al juego prefieren jugar al bingo. Foto: Leeks.

La diferencia de género a la hora de describir el perfil clínico de un jugador patológico puede ser una buena herramienta para desarrollar tratamientos más específicos y efectivos. El juego patológico se ha considerado durante mucho tiempo una adicción propia de los hombres de mediana edad, pero los datos epidemiológicos de los últimos años evidencian que los adolescentes y las mujeres presentan también conductas adictivas asociadas a una acentuada falta de autocontrol sobre los propios impulsos.

El estudio, liderado por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), evaluó las diferencias clínicas y de personalidad entre 143 hombres y 143 mujeres, con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, con problemas de juego patológico. El abuso de sustancias como el tabaco, el alcohol u otras drogas fue comparable en ambos sexos.

Los resultados, publicados en el último número de la revista Comprehensive Psychiatry, mostraron que los hombres juegan más a las máquinas recreativas con premio y a las loterías, mientras que las mujeres lo hacen más al bingo. Además, el inicio del trastorno es más tardío en ellas y la evolución más rápida (los síntomas tienen un inicio más brusco y se desarrollan con mayor rapidez).

Mientras que los hombres gastan más dinero en el juego, lo cual a su vez les comporta más conflictos con la familia y los amigos, las mujeres mostraron mayor afectación por trastornos emocionales y ansiosos, menor autoestima y menos capacidad de afrontamiento ante problema. Esto avala la hipótesis de que la conducta de juego constituye para las mujeres una válvula de escape frente a estados emocionales negativos y una forma de regular la frustración que sienten.

Los autores concluyen que “el conocimiento de los mecanismos diferenciales que en los hombres y las mujeres generan y mantienen la conducta de juego facilitará la identificación de pacientes con necesidades específicas y el desarrollo de adecuadas modalidades de tratamiento”.

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Referencia bibliográfica: Granero R, Penelo E, Martínez-Giménez R, Álvarez-Moya E, Gómez-Peña M, Aymamí MN, Bueno B, Fernández-Aranda F, & Jiménez-Murcia S. “Sex differences among treatment-seeking adult pathological gamblers”. Comprehensive Psychiatry, 50(2), 173-180, junio de 2009.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

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