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Investigadores del departamento de Ingeniería Química y Química Inorgánica de la Universidad de Cantabria (UNICAN) han elaborado nuevos modelos que facilitan el diseño y la selección de líquidos iónicos en función de su ecotoxicidad. En la actualidad, estos compuestos se estudian como sustitutos de los disolventes orgánicos convencionales.
Los líquidos iónicos son sales orgánicas con bajos puntos de fusión. Actualmente, se investigan como sustitutos de los disolventes orgánicos convencionales ya que son muy poco volátiles. Esta mínima presión de vapor minimiza el riesgo de emisiones contaminantes a la atmósfera. Por ello, se les suele llamar 'disolventes verdes'. Sin embargo, los líquidos iónicos son solubles en agua y pueden suponer un riesgo para los ecosistemas acuáticos.
Investigadores del grupo Sosprocan-Depro de la Universidad de Cantabria han realizado un trabajo que presenta una nueva aproximación para estimar la ecotoxicidad de esos líquidos. La propuesta consiste en desarrollar modelos que permitan discriminar entre líquidos iónicos en función de su toxicidad con respecto a disolventes convencionales como el tolueno.
Este tipo de aproximaciones son útiles para orientar el proceso de diseño y de selección de líquidos iónicos desde sus etapas iniciales, lo que permitirá centrarse en los que se prevé que resulten menos tóxicos que los disolventes convencionales a los que sustituirían.
El estudio se ha publicado en la revista Green Chemistry y ha sido destacado por la publicación Chemistry World, una revista mensual que publica la Real Sociedad de Química (RSC, por sus siglas en inglés) para divulgar investigaciones innovadoras relevantes para la comunidad científica química.
Referencia bibliográfica:
Álvarez-Guerra, Manuel; Irabien, Ángel. “Design of ionic liquids: an ecotoxicity (Vibrio fischeri) discrimination approach”. Green Chemistry, 2011, 13, 1507-1516. DOI: 10.1039/C0GC00921K
Investigadores del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (CSIC-UV) utilizan bacterias modificadas genéticamente para que aprendan a decodificar mensajes. El objetivo es utilizar la naturaleza como un superordenador, creando redes neuronales de organismos vivos interconectados, como en la película Avatar.
Científicos de la Universidad de Melbourne han desarrollado un electrolizador capaz de absorber el agua del aire, incluso en entornos secos, para dividirla en sus dos componentes: hidrógeno, que se puede usar de combustible, y oxígeno, que se libera a la atmósfera. El dispositivo se alimenta con energía renovable, solar o eólica, y se podría utilizar en regiones remotas.
