Suscríbete al boletín semanal

Recibe cada semana los contenidos más relevantes de la actualidad científica.

Agencia Sinc
Si estás registrado

No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.

Si todavía no estás registrado

La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.

Selecciona el tuyo:

Periodistas Instituciones

La ciencia se va de campamento

Más de uno recordará unas vacaciones de verano en un campamento, o haber llevado a la playa un cuaderno de deberes para repasar lo aprendido durante el curso. Una iniciativa propone una actividad estival para estudiantes de bachillerato con interés por la ciencia, que combina tanto formación académica como actividades lúdicas: los Campus Científicos de Verano.

La ciencia se va de campamento. Foto: SINC

Más de uno recordará unas vacaciones de verano en un campamento, o haber llevado a la playa un cuaderno de deberes para repasar lo aprendido durante el curso. Una iniciativa propone una actividad estival para estudiantes de bachillerato con interés por la ciencia, que combina tanto formación académica como actividades lúdicas: los Campus Científicos de Verano.

En la época estival muchos padres mandan a sus hijos de campamento, ya sea porque trabajan o para que los niños aprendan y se diviertan.

Una alternativa a las actividades propias de estas estancias –que van desde hacer deportes náuticos a practicar algún idioma– son los Campus Científicos de Verano que organiza la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, con la colaboración de la Obra Social La Caixa; un programa que echó a andar en el año 2007 bajo el nombre ‘Estancias Científicas de Verano’.

"Formar parte de esta experiencia, y poder al mismo tiempo compartirlo con personas con tus mismas inquietudes, no tiene precio”, dice Federico Fernández Moreno

“Desde aquella primera experiencia piloto, en la que participaron 60 alumnos de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato, este programa ha crecido tanto en número de participantes como en oferta y variedad de actividades. Los proyectos son tan diversos que los alumnos pueden conocer de cerca, en los propios centros de investigación: las bases científicas de los estudios criminalísticos, cómo se construye un puente, observar de primera mano la vida que se esconde en las playas y marismas de Galicia, o subirse a un barco en Canarias para recoger muestras que analizar después en el laboratorio”, explica a Sinc Cintia Refojo, técnico de FECYT.

En 2010 estas estancias pasaron a denominarse Campus Científicos de Verano y en 2014 han alcanzado un total de 8695 solicitudes para 1920 plazas. Cuentan además con la implicación de 16 Campus de Excelencia Internacional.

Federico A. Fernández Moreno, de 20 años, que formó parte del programa de Campus 2010 ‘El Cambio Climático: un problema global y Paraíso Geológico’ en Oviedo explica: “Para mí fue una experiencia muy enriquecedora y, de hecho, sigo muy interesado en temas de geología desde entonces, a pesar de haber escogido la carrera de Telecomunicaciones. Formar parte de esta experiencia, y poder al mismo tiempo compartirlo con personas con tus mismas inquietudes, no tiene precio”.

video_iframe

“En las clases estamos hartos de pasar páginas, subrayar contenidos, ver presentaciones y aprenderlo todo de memoria. En los colegios, como mucho, te llevan de excursión a museos, pero siempre es lo mismo: te dan una charla y tienes que mirar gráficas, aparatos u objetos de exposición detrás de las vitrinas. No puedes tocar y experimentar, nunca llegas a sentir la ciencia como algo cercano a ti”, añade Lin Calle, que participó en el mismo campus.

Una comunidad activa en redes sociales

El 95% de los participantes en los Campus Científicos afirmaron que volverían a repetir

Como novedad, este año los 'excampuseros' más entusiastas han creado la Comunidad Campus Científicos con participantes antiguos del programa, que cuenta con una página en Facebook y una cuenta en Twitter. “El propósito es realizar actividades relacionadas con la divulgación científica”, añade Refojo.

Además, las encuestas posteriores indican un alto grado de implicación y satisfacción con el programa. El 95% de ellos afirmaron que repetirían la experiencia.

“He tenido la oportunidad de conocer a participantes de otros campus gracias a esta comunidad y he comprobado que todos coincidimos en que los ‘campuseros’ compartimos algo muy especial. La experiencia fue insuperable y lo que nos mantiene en contacto hoy –en mi caso casi cuatro años después– es el interés por la ciencia”, subraya Fernández Moreno.

Los que aún no han podido participar en los campus –comienzan el próximo 29 de junio– ya han comenzado a conectar entre sí vía Twitter, bajo el hastag #CCV14, para intercambiar datos e inquietudes antes de ponerse cara.

Buenos estudiantes interesados por la ciencia

Los adolescentes que participan en el programa Campus deben tener un buen expediente académico y además estar cursando la rama de ciencias. “El motivo principal de estos criterios es que el programa pretende orientarles a la hora de elegir qué carrera quieren cursar en el futuro y fomentar las vocaciones científicas”, subraya Refojo.

"El programa pretende orientarles a la hora de elegir qué carrera quieren cursar en el futuro y fomentar las vocaciones científicas”

Al finalizar esta experiencia, el 86,91% de los estudiantes indica que tiene intención de cursar una carrera universitaria del área científico-tecnológica y el 78,94% considera que su participación puede ayudarle a elegir sus futuros estudios universitarios.

“Yo escogí estudiar Medicina en la Universidad Complutense porque abarcaba todos los aspectos que quería: salidas laborales, investigación y docencia –señala Mapi Moreno, otra de las ex alumnas del programa Campus–. El enfoque multidisciplinar de la actividad en la que participé [asistió en Santiago de Compostela a un proyecto de matemáticas y a otro sobre el estudio de Parkinson en ratas] sumado a las visitas que nos hicieron varios científicos, como el genetista Ángel Carracedo que también estudió Medicina, me hizo valorar la idea. Básicamente me decanté por esta carrera porque vi que si me arrepiento siempre puedo ‘apostatar’ y dedicarme a la investigación”.

“El éxito de este programa es compartido. No sería posible sin el apoyo del Ministerio de Educación, la contribución de la Obra Social ‘La Caixa’, así como de la participación de todas las universidades y personal involucrado en el proyecto”, concluye la técnico de FECYT. Además, los profesores y los colegios reciben como un premio que sus alumnos hayan sido seleccionados año tras año.

Campus científicos en otros países

Esta experiencia tiene proyectos hermanos en otros lugares. El más próximo –geográficamente y por sus características– es el Programa “Ciência viva no laboratório” en Portugal.

“Es muy similar a los Campus de FECYT pero está dirigido a estudiantes de secundaria”, explica Refojo.

Otros programas próximos, pero con un número muy inferior de participantes, son el Summer Science Program (SSP) de Santa Bárbara (California) y de Socorro (Nuevo México) que cuenta con 36 alumnos; y el Programa de Verano del Helmholtz-Zentrum Dresden-Rossendorf (HZDR) en Alemania.

A los ‘excampuseros’ de FECYT que no podrán repetir esta vivencia –solo se puede disfrutar una vez debido al alto número de solicitudes– siempre les quedará las redes sociales y las videoconferencias colectivas para rememorar los #CampusCientíficos.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
Artículos relacionados