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Veneno o cómo acabar con la vida animal

España es uno de los países europeos donde mayor número de animales salvajes mueren en el medio natural por el uso ilegal de venenos. Aves y mamíferos silvestres sufren las consecuencias de los cebos de la caza o de la ganadería, pero no son los únicos. Vacas, cabras, ovejas, perros, gatos, y caballos, entre otros, se suman a la lista de animales que sufren, en silencio, la lacra del veneno con accidentes que, en muchos casos, podrían evitarse.

Radiografía de un águila real
Radiografía de un águila real (Aquila chrysaetos) con cerca de 40 perdigones de plomo ingeridos en su estómago. Foto: Silverio Cerradelo.

El uso de veneno en España es “alarmante”, dicen algunos expertos. El veneno, introducido en cebos animales con plaguicidas como el aldicarb y el carbofurán, se emplea sobre todo para acabar con alimañas, animales “perjudiciales” para la caza o la ganadería, y las consideradas plagas para la agricultura. Entre ellos, las más afectadas son las rapaces y aves acuáticas, y algunos mamíferos.

El último informe Casos graves de envenenamiento de fauna silvestre en España (de 2006 a 2009) elaborado por Ecologistas en Acción señala, por ejemplo, que el buitre leonado (Gyps fulvus), con 243 ejemplares envenenados durante este periodo, es el más vulnerable, seguido del milano real (Milvus milvus), con 42 aves.

En total, los conservacionistas han registrado en su informe 468 animales afectados en España, entre los que destacan cuatros casos de envenenamiento de osos, un caso de lince ibérico y otro de lobo.

Destinan más de 1,5 millones de euros a la lucha contra el uso ilegal de veneno en el medio ambiente

Milano real (Milvus milvus) envenenado.

El Grupo de Trabajo de Ecotoxicología del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) ya señalaba en 2008 que en los últimos 15 años se había registrado la muerte por veneno de 7.000 ejemplares de animales protegidos, 3.000 perros y un número “superior pero no concretado” de animales no protegidos.

La mayoría de los casos se relacionaron con la caza (entre un 60 y 70%) y con la ganadería (entre un 15 y 20%), y se calcula que los animales detectados representan entre un 5 y un 15% del total real.

Control de los animales salvajes

El mantenimiento de estas prácticas y el uso ilegal de la droga estricnina (un rodenticida prohibido en Europa desde hace años) hace que las administraciones públicas y las organizaciones conservacionistas controlen más las intoxicaciones de animales salvajes.

El Programa Antídoto, creado en 1998 por ocho ONGs, fue la primera herramienta de lucha contra el uso ilegal del veneno. Ahora, el MARM ha presentado el Proyecto Life +, financiado por la Comisión Europea y con el que se pretende reducir el uso ilegal de veneno “con acciones efectivas y experiencias innovadoras”, contempladas en la Estrategia Nacional contra el uso ilegal de cebos envenenados en el medio natural.

“Si dejas un cebo envenenado en un bosque, lo más seguro es que se lo coma una rapaz u otro vertebrado ‘no diana’. Éste es el principal problema”, cuenta a SINC Raimon Guitart, Jefe de la Unidad de Toxicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, y uno de los autores de la serie de tres artículos publicados en 2010 en la revista The Veterinary Journal sobre el envenenamiento en ganado, animales domésticos, y salvajes, en Europa.

Pero los casos de intoxicación de animales salvajes son “más frecuentes” en España y superan a Francia, Bélgica, Grecia o Italia. “Hasta no hace mucho, durante la dictadura de Franco, el Estado pagaba para eliminar las alimañas. Hay fotos en blanco y negro que atestiguan que la gente se pavoneaba delante de águilas muertas”, asegura Guitart.

El chocolate, veneno para perros

Además de la inquietante situación de los animales protegidos, cuya información es “más fiable” porque suele haber confirmación analítica de la intoxicación, los animales domésticos también padecen los efectos del veneno. Son accidentes que ocurren habitualmente por desconocer las propiedades de determinadas sustancias químicas.

Los perros, sobre todo los pequeños, sufren el 50% de las intoxicaciones en animales domésticos, seguidos de gatos y caballos. Según demuestran los trabajos, los tóxicos más comunes son los insecticidas, rodenticidas, plantas, medicamentos, metales, productos de uso doméstico como los cosméticos o los productos de limpieza, y también las micotoxinas.

En el caso de los perros pequeños “su toxicoepidemiología es muy parecida a la de los niños menores de cinco años porque prueban muchas cosas con la boca por curiosidad”, advierte el experto en toxicología para subrayar que la mayoría de intoxicaciones se producen en animales “muy jóvenes”.

Entre los envenenamientos más frecuentes figuran la administración de fármacos humanos a animales, así como la alimentación a partir de comida humana. “La gente piensa que se les puede dar toda nuestra comida, como el chocolate, pero éste es muy tóxico para los perros, en especial si su contenido en cacao es elevado”, apunta el toxicólogo. Lo mismo sucede con alimentos que contienen ajo o cebolla.

La epidemiología de las intoxicaciones también está poco controlada en el ganado. En el campo o en la granja, “no hay ningún tipo de control, no sólo en España, sino en la mayoría de países”, informa el investigador catalán. “Si los animales van al matadero, los controles son más estrictos, hay un mínimo aceptable. Si se observa cualquier anomalía en el animal, éste es decomisado y no entra en la cadena alimentaria”, aclara el científico.

Según el experto, desde casi todos los puntos de vista, la preocupación es mayor en animales de compañía que en ganado y otros animales de abasto. Respecto a éstos, “garantizar el 100% de seguridad alimentaria es técnicamente imposible, y hay que ser prácticos”, comenta Guitart.

Aunque los estudios demuestran que existen pocos registros de envenenamientos en el ganado español, uno de los mayores episodios ocurrió en aves de corral de Cataluña, cuando en 1999 se les administró erróneamente un alimento tratado con fungicida. Más de un millón de gallinas presentaron patologías diversas. El problema se manifestó sobre todo con la puesta de huevos deformes.

Objetivo: evitar intoxicaciones

Hasta ahora, no se había realizado ningún estudio en Europa que reuniera información fiable de toxicovigilancia, porque no se centralizan los datos en ningún lugar. Los datos de las investigaciones están “sesgados”, porque “sólo te enteras de los casos de tu área de influencia en los que te llaman para consultar o actuar”, afirma el científico. Así surgió el interés de reunir datos de diferentes naciones europeas para reunir mayor y mejor información.

La utilidad de estas investigaciones reside en “guiar y dar pistas para el establecimiento del diagnóstico de intoxicación correcto, aquello que es más probable en cada grupo animales”. “Es muy importante conocer y tener en cuenta estos datos”, expone Guitart, quien aclara que “algunas intoxicaciones serían fácilmente evitables si se tomaran medidas administrativas, como ocurre en el caso del toxicológicamente inconcebible uso del plomo en la caza”.

Muchos envenenamientos son la señal de aviso para los veterinarios, y una alerta para mantener la salud y el bienestar de los humanos. Sin embargo, en muchos casos, el sentido común de las personas brilla por su ausencia. Quien piense que lavar a su gato con champú de perro es inofensivo, se equivoca; en ocasiones los gatos se intoxican de esta manera. Esto confirma que los animales son tan sensibles, o más, que los humanos.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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