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Especies emblemáticas amenazadas por el calentamiento global

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

Panda gigante. Foto: National Biological Information Infrastructure

El panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) se ve amenazado por la variación en la distribución del bambú, su principal fuente de alimento (puede ingerir hasta 20 kg por día), una planta que se adapta muy lentamente al cambio de clima.

Oso polar. Foto: Ansgar Walk

El aumento global de la temperatura ha provocado que el hielo del Ártico, hábitat del oso polar (Ursus maritimus), se derrita dos veces más rápido. La reducción del hielo ha aumentado los riesgos de ahogamiento de esta especie y afecta también al ciclo de vida de las focas (su principal presa).

Orangután de Sumatra. Foto: EOL

El orangután de Sumatra (Pongo abelii) se encuentra en peligro crítico. La presión sobre los bosques de Indonesia y el aumento de riesgo de inundaciones, sequías o incendios son las principales fuentes de peligro.

Elefante africano. Foto: Bernard Dupont

La futura extensión de tierras áridas y semiáridas prevista para 2080 repercutirá en la vegetación y, por tanto, en el volumen y flujo de las fuentes de agua, algo que afectaría gravemente a los ciclos de reproducción y migración del elefante africano (Loxodonta africana).

Ballena azul. Foto: Mike Baird

El exceso de CO2 es absorbido en gran parte por los océanos y ello afecta directamente a las poblaciones de kril, del que se alimenta la ballena azul (Balaenoptera musculus), que en el futuro se vería obligada a desplazarse mucho más al sur en busca de estos seres vivos.

Tortuga verde. Foto: Brocken Inaglory

El aumento de las temperaturas favorecería un mayor desarrollo de las hembras de la tortuga verde (Chelonia mydas) en el periodo de incubación de los huevos, perjudicando el desarrollo de los machos. A la larga esto afectaría negativamente a la reproducción de la especie.

Abejorro. Foto: Tony Wills

Los abejorros (Bombus) se están viendo obligados a desplazarse muy al sur con respecto a su hábitat en Europa y América del Norte en busca de temperaturas más adaptadas a su ciclo de vida, algo alarmante si se tiene en cuenta que son los principales polinizadores de una región.

Flor de las nieves. Foto: Col Ford y Natasha de Vere

El clima cálido ha obligado a la flor de las nieves (Leontopodium alpinum) a colonizar altitudes más elevadas, en busca de temperaturas más frescas, a la que está adaptada y necesita para sobrevivir.

Coral cuerno de arce. Foto: Albert Kok

La decoloración de especies como el coral cuerno de arce (Acropora cervicornis) es causada por el aumento de temperatura de los océanos, lo que a su vez obliga a este coral a expulsar a las microscópicas algas zooxantelas, que le proveen de alimento y le otorgan color a su esqueleto calcáreo.

El panda gigante, el orangután de Sumatra y la ballena azul son algunas de las especies de animales más amenazadas por el cambio climático, que solo tendrán dos opciones para sobrevivir: desplazarse o adaptarse. Así lo aseguraba un informe de la asociación ecologista WWF.

El Informe Planeta Vivo 2014 de WWF destaca que la biodiversidad en 10.000 poblaciones de vertebrados estudiadas entre 1970 y 2010 ha disminuido en un 52% y que el cambio climático es la tercera causa de este descenso, por detrás de la degradación de hábitat y la explotación por la caza y la pesca.

WWF subraya que el cambio climático puede ampliar las amenazas ya existentes en los hábitats y que se está dando demasiado rápido como para que las especies puedan adaptarse a la nueva situación.

La asociación ha lanzado su campaña #NiUnGradoMás, para que los países que se reunirán en París en la Cumbre del Clima se comprometan a luchar contra el cambio climático y proteger a los más vulnerables.

Fuente: SINC
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