Suscríbete al boletín semanal

Recibe cada semana los contenidos más relevantes de la actualidad científica.

Agencia Sinc
Si estás registrado

No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.

Si todavía no estás registrado

La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.

Selecciona el tuyo:

Periodistas Instituciones

Nace la revolución de los 140 caracteres

Hace ocho años comenzaba la revolución de los 140 caracteres. / SINC
En 2006 comenzaba la revolución de los 140 caracteres. / SINC

Twitter cumple años. El 21 de marzo de 2006, uno de sus creadores –el estadounidense Jack Dorsey– lanzó el primer tuit de la historia. Fue generado de manera automática y constaba de 24 caracteres. Enviado a las 12:50 p.m ­(hora de San Francisco, EE UU), decía lo siguiente: "Just setting up my twttr" (simplemente, ajustando mi twitter). Doce minutos después, Dorsey lanzó el primer tuit escrito por un humano: “inviting coworkers” (invitando a mis compañeros de trabajo).

Parece un comienzo desapasionado para un invento que se ha convertido en uno de los principales canales de información y comunicación a nivel global. Hoy, millones de personas se esfuerzan en encerrar en 140 caracteres sus pensamientos para compartirlos con el mundo. Ahora, para que todos podamos recordar cómo fue nuestro estreno en la red social del pajarito, Twitter ofrece una herramienta que encuentra el primer tuit de cualquier usuario.

El primer prototipo fue usado internamente entre los empleados de Odeo, una empresa de base tecnológica radicada en San Francisco y especializada en podcast, que tuvo la mala suerte de nacer justo en el momento en el que Apple introdujo el podcasting en su reproductor iTunes. Su director, Noah Glass, animó a sus empleados a que pensaran en otros productos que pudieran garantizar la viabilidad de la empresa.

Aquellos trabajadores no eran otros que el propio Dorsey, Evan Williams, Biz Stone y Evan Henshaw-Plath, que concibieron en pocos días lo que hoy es Twitter. Menos Dorsey y Williams, los demás acabaron desvinculados del proyecto poco después. Henshaw-Plath vendió su parte por 7.000 dólares, lo suficiente para cumplir su sueño de comprar una vieja Wolkswagen y recorrer los EE UU. El resto ya es historia.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
Creative Commons 4.0
Puedes copiar, difundir y transformar los contenidos de SINC. Lee las condiciones de nuestra licencia