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Joaquin Felix Rodriguez Bassecourt
Joaquin Felix Rodriguez Bassecourt
(08.11.2016 11:55)
EL GENIO Y LA EDAD
Seria un error combatir viejos tópicos creando nuevos tópicos, por ello quizá mas que rechazar los antiguos tópicos debemos preguntarnos: ¿qué hizo nacer el tópico?
En otras épocas el joven tenia necesidad de ser audaz para ser tenido en cuenta, en tanto que el científico prestigioso debía ser muy prudente ya que la sociedad y la propia comunidad científica era implacable, con todo aquel que demostraba audacia infundada y frivolidad a la hora de exponer sus teorías, sin acompañarse de una rigurosa cobertura, en tanto que se perdonaba la audacia del joven, pero no se toleraba la misma en una persona que ya había superado la barrera de los 40 años.
El prestigio, la credibilidad, el nivel de vida, así como el respeto que se profesaba al científico en todas las esferas y ámbitos de la vida social, tenia como contrapartida el implacable castigo que la sociedad imponía a todo aquel insensato de mas de 40 años, que osara profanar el prestigio de la ciencia difundiendo teorías insensatas y sin un riguroso respaldo.
Hoy esto hoy no ocurre y el científico de mas de 40 años se puede permitir el lujo de ser tan genial como audaz.
Joaquin Felix Rodriguez Bassecourt
Joaquin Felix Rodriguez Bassecourt
(08.11.2016 11:55)
Seria un error combatir viejos tópicos creando nuevos tópicos, por ello quizá mas que rechazar los antiguos tópicos debemos preguntarnos: ¿qué hizo nacer el tópico?
En otras épocas el joven tenia necesidad de ser audaz para ser tenido en cuenta, en tanto que el científico prestigioso debía ser muy prudente ya que la sociedad y la propia comunidad científica era implacable, con todo aquel que demostraba audacia infundada y frivolidad a la hora de exponer sus teorías, sin acompañarse de una rigurosa cobertura, en tanto que se perdonaba la audacia del joven, pero no se toleraba la misma en una persona que ya había superado la barrera de los 40 años.
El prestigio, la credibilidad, el nivel de vida, así como el respeto que se profesaba al científico en todas las esferas y ámbitos de la vida social, tenia como contrapartida el implacable castigo que la sociedad imponía a todo aquel insensato de mas de 40 años, que osara profanar el prestigio de la ciencia difundiendo teorías insensatas y sin un riguroso respaldo.
Hoy esto hoy no ocurre y el científico de mas de 40 años se puede permitir el lujo de ser tan genial como audaz.