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El estudio se publica en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'

Crecer de ratón a elefante requiere 24 millones de generaciones

Los mamíferos terrestres tardaron 10 millones de generaciones en alcanzar su tamaño máximo, mientras que los acuáticos lo hicieron en la mitad del tiempo. Un grupo de investigadores internacionales ha medido, por primera vez, la velocidad de la evolución del tamaño en los mamíferos y han visto que se tarda diez veces más en aumentar que en disminuir el tamaño.

Las transformaciones de tamaño en los mamíferos pueden ocurrir mucho más rápido en agua que en tierra. Imagen: Alistair Evans y David Jones.
Crecer de ratón a elefante requiere 24 millones de generaciones . Foto: Alistair Evans y David Jones

Los mamíferos terrestres tardaron 10 millones de generaciones en alcanzar su tamaño máximo, mientras que los acuáticos lo hicieron en la mitad del tiempo. Un grupo de investigadores internacionales ha medido, por primera vez, la velocidad de la evolución del tamaño en los mamíferos y han visto que se tarda diez veces más en aumentar que en disminuir el tamaño.

Para pasar del tamaño de un gato al de un elefante se requiere un cambio evolutivo que se desarrolla en aproximadamente 10 millones de generaciones. Para llegar a la dimensiones de una ballena, sin embargo, los animales acuáticos necesitaron la mitad del tiempo.

Un grupo internacional de paleontólogos y biólogos ha evaluado el aumento y disminución de las dimensiones de los mamíferos desde la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años. Según el artículo publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, la tasa de decrecimiento es diez veces menor que la de crecimiento.

“En la tierra, se necesitan 1,6 millones de generaciones para incrementar el tamaño 100 veces, 5,1 generaciones para multiplicarse por 1000 y 10 millones para crecer 5000 veces”, explica a SINC Jessica Theodor, coautora del estudio e investigadora en la Universidad de Cagliari (Italia).

Sin embargo, solo hacen falta 100.000 generaciones para que se den grandes reducciones de tamaño, como el enanismo extremo. “La enorme diferencia en el ritmo de empequeñecer y agrandarse es increíble. No esperábamos que pudiera pasar tan rápido”, afirma Alistair Evans, autor del estudio del la Universidad de Monash (Australia).

“Nuestro estudio muestra, por primera vez, la historia a gran escala de el crecimiento de los mamíferos”, asegura Theodor. “Hasta ahora la mayoría de las investigaciones en este campo se centran en la microevolución, es decir, los pequeños cambios que ocurren en cada especie”.

Las ventajas de encoger

“El aumentar de tamaño puede ser una ventaja si hay fuentes de alimento que no se están utilizando. Por ejemplo, es más fácil para los animales grandes comer hierba y hojas que para los pequeños”, cuenta Evans.

Por el contrario, la utilidad de reducir el tamaño no está tan clara. Para explicarlo, los autores han estudiado los ‘animales en miniatura’, como el mamut pigmeo, el hipopótamo enano y los ‘hobbits’ de homínidos que vivían en las islas. “Esta tendencia evolutiva se puede explicar en las islas pequeñas, en las que es una ventaja necesitar menos comida y reproducirse más rápidamente, lo que pueden hacer los animales de menor tamaño”, asegura Evans.

“Creemos que es más ‘fácil’ evolucionar hacia un tamaño menor, ya que el enanismo puede ocurrir deteniendo el crecimiento durante el desarrollo, mientras que aumentar el tamaño requiere cambios más drásticos”, conjetura Theodor.

“Muchas de las especies que encogieron, que encontramos en las islas de Flores (Indonesia), se extinguieron”, sigue la bióloga. Según los autores, ahora hace falta seguir investigando para entender las condiciones que disminuyen el ritmo de crecimiento y contribuyen potencialmente a la extinción. Esta investigación ayudará a los científicos a comprender mejor la evolución de los mamíferos y discernir qué condiciones permiten a determinadas especies prosperar y crecer.

Los animales marinos crecen más rápido

Los investigadores consideraron los estudios publicados que estimaban el tamaño corporal de mamíferos extintos durante los últimos 20 millones de años. “Para algunos animales no se habían hecho estas estimaciones, así que observamos animales modernos para ver qué características como los dientes o el tamaño del esqueleto están correlacionados con el tamaño. A partir de estas medidas tomadas en fósiles pudimos aproximar las dimensiones”, describe Evans.

“Cuando compramos los diferentes tipos de mamíferos, nos dimos cuenta de que a los animales marinos les costaba menos tanto crecer, y aun menos decrecer”, asegura el investigador. Observaron que en el agua los cambios ocurren con el doble de rapidez que en la tierra.

Según los investigadores, esto se debe, probablemente, a que es más fácil ser grande en el agua, ya que este elemento ayuda a soportar el peso propio.

Tamaño máximo de los mamíferos

El equipo de investigación analizó 28 tipos de mamíferos de África, Eurasia, Norteamérica y Suramérica y de todas las cuencas oceánicas durante los últimos 70 millones de años. Entre ellos se incluían elefantes, primates y ballenas. “Estudiamos el registro fósil y así pudimos calcular cómo de grandes fueron los mayores cambios del tamaño corporal”, explica Alistair Evans.

Aunque, según afirman los investigadores, no se puede saber cuál es el tamaño máximo de los mamíferos. “Por ahora, la ballena azul es el animal más grande que ha existido sobre la Tierra. Pero nuestros datos muestran que podría estar, todavía, aumentando de tamaño, así que quizás no se ha alcanzando el límite”, concluye Evans.

Rastrearon el cambio de tamaño en generaciones en vez de años para poder comparar la tasa de crecimiento entre varias especies con diferentes longevidades, ya que, por ejemplo, mientras que el elefante vive 80 años, el ratón vive 2 años.

Referencia bibliográfica

Alistair R. Evans, David Jones, Alison G. Boyer, James H. Brown, Daniel P. Costa, S. K. Morgan Ernest, Erich M. G. Fitzgerald, Mikael Fortelius, John L. Gittleman, Marcus J. Hamilton, Larisa E. Harding, Kari Lintulaakso, S. Kathleen Lyons, Jordan G. Okie, Juha J. Saarinen, Richard M. Sibly, Felisa A. Smith, Patrick R. Stephens, Jessica M. Theodor, and Mark D. Uhen. “The maximum rate of mammal evolution”. Proceedings of the National Academy of Sciences. 30 de enero de 2012.

Fuente: PNAS
Derechos: Creative Commons

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