Suscríbete al boletín semanal

Recibe cada semana los contenidos más relevantes de la actualidad científica.

Agencia Sinc
Si estás registrado

No podrás conectarte si excedes diez intentos fallidos.

Si todavía no estás registrado

La Agencia SINC ofrece servicios diferentes dependiendo de tu perfil.

Selecciona el tuyo:

Periodistas Instituciones

En busca de máquinas que juegan a ser humanas

Investigadores de la UC3M han participado en un concurso internacional con el objetivo de mejorar la inteligencia virtual que se emplea en los mundos virtuales. El reto de los participantes consistía en desarrollar un programa capaz de actuar como una persona en un videojuego.

maquinas_humanas

La segunda edición de este concurso, conocido como BotPrize, partía de la prueba desarrollada por Alan Turing en 1950, que consideraba que se puede hablar de inteligencia artificial cuando un humano no es capaz de distinguir si el interlocutor con el que habla, sin verlo, es otra persona o una máquina. En este caso, los participantes debían adaptar esta prueba al entorno de los videojuegos con el objetivo de generar un comportamiento lo más humano posible en los personajes artificiales que aparecen en el mundo virtual. El objetivo era desarrollar un software que fuera capaz de controlar a un personaje del videojuego Unreal Tournament 2004 y que los jueces designados no pudieran distinguir si lo que había detrás del enemigo en cuestión era una persona o un ordenador.

Este año han participado en la final del concurso, que ha tenido lugar en Milán (Italia), quince equipos de países como Brasil, Canadá, EEUU, Italia, Japón, Reino Unido, EEUU y España. Entre los representantes de nuestro país se encuentra Raúl Arrabales, un profesor del Departamento de Informática de la Universidad Carlos III de Madrid. “Como mi línea de investigación se centra en la Conciencia Artificial, me pareció que el Test de Turing adaptado a videojuegos era un buen dominio para probar nuestros avances de forma empírica”, explica.

En esta segunda edición del BotPrize, al igual que ya sucediera en la primera y con el test de Turing original, ninguna de los programas informáticos o bots presentados logró engañar al 80 por ciento de los jueces del concurso. “En nuestro caso, no tuvimos tiempo suficiente para programar un buen bot, ya que todavía estoy migrando la arquitectura de control que uso en robots reales a los bots de Unreal Tournament 2004, así que no conseguimos clasificarnos entre los cinco primeros, pero lo volveré a intentar el año que viene con un bot mucho más avanzado, que implemente capacidades de predicción del oponente”.

La complejidad del comportamiento humano

El investigador de la UC3M destaca la complejidad que entraña el generar comportamientos similares a los humanos en cualquier entorno, ya se trabaje en robótica o en simulación de videojuegos, porque resulta necesario combinar diferentes capacidades cognitivas. “Nosotros miramos primero cómo funciona el cerebro, tratamos de entenderlo y luego tratamos de imitarlo en la máquina”, resume Arrabales. “El problema – continúa - es que del cerebro sabemos mucho, pero sólo a un nivel relativamente alto, el de la función que desempeña cada zona concreta del cerebro y cómo se conecta y relaciona con otras áreas cerebrales”. Esto impide reproducir redes neuronales artificiales copiando a las humanas con el suficiente detalle, lo que normalmente obliga a los ingenieros en inteligencia artificial a trabajar en niveles de descripción altos, como en las arquitecturas cognitivas artificiales, con las que se pretende imitar las capacidades humanas más avanzadas.

En cualquier caso, todos los programas finalistas en este concurso sí consiguieron convencer de su humanidad al menos a uno de los jueces. En la final, cada uno de los cinco jueces inicia una partida contra dos contrincantes: una persona y un programa informático. Tras unos 15 minutos de juego, el juez debía identificar a sus oponentes. Los expertos en videojuegos consideran que uno de los mayores triunfos del juego on-line reside en que los aficionados prefieren enfrentarse a jugadores reales que a la inteligencia artificial del videojuego.

---------------------

Oficina de Información Científica de la UC3M

Fuente: UC3M
Derechos: Creative Commons
Artículos relacionados