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El Consejo de Ministros ha aprobado hoy el Real Decreto por el que se nombra presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) a Ramón Ramos Torre, doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y donde es Catedrático de Sociología en la actualidad. Ramos Torre sustituye a la hasta ahora directora del CIS, Belén Barreiros.
El doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y diplomado en Sociología Política por el Instituto de Estudios Políticos Ramón Ramos Torre es el nuevo presidente del CIS, según ha aprobado hoy el Consejo de Ministros. El nombramiento supone la destitución de Belén Barreiros, que ejercía la presidencia de la institución hasta ahora.
El nuevo presidente nació el 30 de marzo de 1949 en Madrid, está casado y con una hija, y ha sido profesor ayudante y adjunto de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en la que actualmente es Catedrático de Sociología. Ha dirigido el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencia Políticas y Sociología de la UCM, de cuyo Consejo de Gobierno es miembro en la actualidad y de cuyos cursos de verano fue subdirector durante cinco años.
Ramos Torre también tiene experiencia dentro del Centro de Investigaciones Sociológicas, donde fue Jefe de Servicio del Gabinete Técnico del centro, y desde 1994 es Director de la Revista "Política y Sociedad".
El CIS es un Organismo autónomo, adscrito al Ministerio de la Presidencia, que cuenta con una plantilla de alrededor de 100 personas, entre funcionarios y contratados laborales. Su objetivo es el estudio de la sociedad española, principalmente a través de la investigación mediante encuesta.
Su actual fisonomía y denominación datan de 1977, aunque su antecedente, el Instituto de la Opinión Pública (IOP), fue fundado en 1963. Desde su creación, el CIS ha contribuido, mediante la realización de más de 1.600 estudios de opinión pública, a un mejor conocimiento de la realidad social y política del último cuarto de siglo.
La nueva institución fomentará y coordinará el uso de la evidencia empírica y el conocimiento científico para mejorar la toma de decisiones y el diseño de políticas públicas, según el jefe del Ejecutivo.
Los finalistas de este año están encabezados por un tipo de medicamentos inyectables prometedores para los problemas de salud asociados a la obesidad. Además, también aparecen en el ranking, el desarrollo de terapias con anticuerpos que pueden ralentizar la neurodegeneración en los enfermos de alzhéimer o el descubrimiento de fuentes naturales de hidrógeno bajo la superficie de la Tierra.
