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El proyecto desarrollará nuevas velas para la navegación oceánica que se incorporarán en embarcaciones que participen en la segunda edición de la Barcelona World Race.
El proyecto cooperativo de investigación industrial e innovación tecnológica WIN-D ya es una realidad. Los objetivos de WIN-D se centran en el desarrollo de nuevos productos de alta competición de regatas oceánicas y la promoción de proyectos de I+D en cooperación con el tejido empresarial catalán.
A nivel tecnológico WIN-D tiene como objetivo proporcionar velas con las máximas prestaciones a nivel deportivo a partir de un laminado más eficiente gracias a la optimización de los procesos de producción, la reducción del peso, la mejora de rendimientos y fatigas de los materiales utilizados y un mejor comportamiento y eficiencia en condiciones extremas de navegación oceánica.
Si los plazos y los objetivos científicos y tecnológicos establecidos se cumplen, estas nuevas velas participarán en la próxima edición de la regata Barcelona World Race (BWR), que tiene la salida prevista el 31 de diciembre de 2010.
Una regata como banco de pruebas
La segunda edición de la BWR será, tanto por su nivel competitivo como por las condiciones ambientales extremas en las que se desarrolla, el banco de pruebas final más exigente para probar las nuevas velas. Eso sí, antes de que ésta se celebre, los equipos de la escudería de la Fundación para la Navegación Oceánica de Barcelona (FNOB) llevarán a cabo pruebas de navegación previas con las mismas embarcaciones OPEN 60 que participarán en la regata de este año.
WIN-D ha sido objeto del otorgamiento de una ayuda de subvención por parte de ACC1Ó como proyecto NUCLIS de alta tecnología I+D y cuenta con el cofinanciamiento del Fondo Europeo FEDER en el marco del Programa Operativo de Cataluña.
La agencia espacial estadounidense volará esta aeronave sobre algunas comunidades para estudiar lo que escucha la gente. De momento, los vuelos supersónicos comerciales sobre tierra están prohibidos por motivos de ruido, pero esto podría cambiar si las pruebas tienen éxito.
Cuando entre en vigor la próxima legislación, ya no servirán las estimaciones de un laboratorio sino los gases liberados por los coches circulando en carretera, según adelanta esta experta española del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. La química considera que ella y su equipo son el 'brazo' científico del órgano ejecutivo continental, anticipando problemas que permitan avanzar hacia una mejor calidad del aire.
