Bacterias con una dieta basada en plástico ayudan a reducir este material. Un estudio liderado por la Universidad de California (EE UU) lo ha probado incrustando estos microbios al poliuretano termoplástico, lo que ayuda a degradarlo rápidamente después de entrar en contacto con el suelo y la humedad.
Estos animales reciclan nutrientes y ayudan a mantener la calidad del agua. Esto beneficia a todo el ecosistema, desde el suelo y las plantas hasta las aves y los mamíferos.