El telescopio espacial James Webb ha detectado una galaxia formada solo 570 millones de años después del Big Bang que alberga un objeto extremadamente masivo en rápido crecimiento. El hallazgo desafía las teorías sobre la evolución temprana de galaxias y agujeros negros.
Una investigación liderada por el Centro de Astrobiología revela que el material genético puede conservar información biológica incluso bajo la intensa radiación marciana. Basado en experimentos con rocas terrestres análogas, el estudio sugiere que estas moléculas podrían actuar como biomarcadores en la búsqueda de vida pasada en el planeta rojo.