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Cómo seguir la pista de un radioisótopo por el mar

La mayoría de los vertidos de yodo-129 procedente de las centrales de reprocesamiento de combustible nuclear de Sellafield (Reino Unido) y La Hague (Francia) se dirigen al norte debido a la corriente costera noruega, pero una parte va hacia el sudoeste, al Atlántico Norte. Así lo refleja el seguimiento de este radioisótopo realizado por investigadores del Centro Nacional de Aceleradores y la Universidad de Sevilla.

Esquema de las corrientes de circulación termohalina oceánica. Los surcos azules representan corrientes profundas, mientras que los surcos rojos representan corrientes superficiales. / Robert Simmon, NASA

El yodo-129 (129I) es un isótopo del yodo que actualmente se usa como un gran radiotransmisor, es decir, que se emplea en el medio acuático como un trazador de las corrientes marinas.

Investigadores del Centro Nacional de Aceleradores y la Universidad de Sevilla han seguido la pista del 129I que se origina en el Atlántico Norte y los mares nórdicos (el de Noruega y Groenlandia), fundamentalmente procedente de los vertidos de las centrales de reprocesamiento de combustible nuclear de Sellafield (Reino Unido) y La Hague (Francia).

La mayoría de los vertidos del radioisótopo yodo-129 de Sellafield y La Hague se dirigen al norte debido a la corriente costera noruega

Las muestras se recogieron desde barcos en 2011 y 2012, aunque el estudio se ha publicado este año en la revista Science of the Total Environment. Los autores han analizado las concentraciones de este isótopo radiactivo y han evaluado la evolución temporal de los vertidos con la evolución temporal de las concentraciones de 129I en distintos puntos.

El objetivo fundamental de estas medidas era conocer con precisión tanto la dirección como los tiempos de los movimientos de las masas de agua e investigar sobre la formación de corrientes de aguas profundas en la parte oriental de los mares nórdicos, mediante el análisis de las concentraciones de 129I y los diagramas de temperatura-salinidad.

En la zona estudiada, gracias el análisis de los perfiles de profundidad de esas concentraciones se puede obtener información de vital importancia sobre los procesos de formación de aguas profundas que allí tienen lugar, y que son clave en la regulación termohalina de la Tierra.

Circulación termohalina y yodo-129

La circulación termohalina en los océanos está determinada por los gradientes de densidad globales producto del calor en la superficie y los flujos de agua dulce. Es importante por su participación en el flujo neto de calor desde las regiones tropicales hacia las polares y su influencia sobre el clima terrestre.

Según indica uno de los investigadores de este estudio, Carlos Vivo, “nuestros resultados confirman que, aunque la mayoría de los vertidos líquidos de 129I de Sellafield y La Hague se dirigen al norte debido a la corriente costera noruega, una parte de estos se dirige al sudoeste, directamente al Atlántico Norte, hecho que ya había sido predicho por recientes modelos computacionales”.

Los resultados muestran que los perfiles de profundidad de concentración de 129I en los mares nórdicos muestran que los procesos de formación de la masa de agua profunda del Atlántico Norte tienen lugar en la zona este de estos mares.

La comparación con resultados de medidas tomadas en 2002 han ayudado a mejorar la información disponible sobre los tiempos de tránsito de masas de agua en los mares nórdicos.

Referencia bibliográfica:

Carlos Vivo-Vilches, José María López-Gutiérrez, Raúl Periáñez, Charlotte Marcinko,Frédéric Le Moigne, Paul McGinnity, Juan Ignacio Peruchena, María Villa-Alfageme. "Recent evolution of 129I levels in the Nordic Seas and the North Atlantic Ocean". Science of the Total Environment 621 (2018) 376-386. https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2017.11.268

Fuente: Centro Nacional de Aceleradores
Derechos: Creative Commons
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