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Investigadores de la Universidad de Huelva (UHU) –dirigidos por el profesor Críspulo Gallegos- han desarrollado un proyecto de colaboración con la multinacional farmacéutica alemana Fesenius-Kabi para diseñar alimentos gelificados destinados a enfermos de disfagia (con dificultad para tragar).
La disfagia (deglución anormal o dificultad para tragar), puede ser consecuencia de una enfermedad subyacente o escondida. Su tratamiento clínico pasa por la prescripción de dietas controladas. Una de las soluciones para este tipo de pacientes ha sido la producción de un pudin terapéutico, capaz de aportar al enfermo las proteínas, hidratos de carbono y lípidos suficientes.
Con una textura similar a la de una natilla, este pudding puede ser ingerido sin dificultad por enfermos disfágicos y sus propiedades no varían en función de la temperatura o el almacenamiento. "Hemos realizado un estudio sobre si las condiciones de almacenamiento influyen positiva o negativamente en el producto, a distintos rangos de temperatura".
Este pudin podría emplearse, no solamente para este tipo de patologías, sino para otras en las que la ingesta de fármacos por vía oral estuviera limitada a soluciones más agresivas para pacientes con enfermedades del tracto digestivo.
"Podríamos estar ante esta posibilidad. Sobre este tema, ya trabajamos", aclara. "La característica fundamental del diseño es la consistencia del material. El proyecto está basado en un control de la textura del producto", asegura el investigador de la Onubense.
La revista Food Hydrocolloids recoge este artículo bajo el título Linear and non-linear viscoelasticity of puddings for nutritional management of dysphagia.
Investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) y otros centros internacionales han logrado fabricar este silicato cristalino con poros extra grandes mediante la expansión y conexión de cadenas de sílice. Este material tiene aplicaciones en procesos de descontaminación y catalíticos.
A esta química canaria suelen presentarla como "la regeneradora de huesos" porque es una apasionada especialista en materiales cerámicos con aplicaciones potenciales en biomedicina. Estudió en la Universidad Complutense de Madrid y allí sigue desempeñándose como profesora emérita. En esta entrevista explica cómo pasó de los superconductores y de trabajar con físicos a colaborar con médicos.
