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EEUU duplica el consumo energético de España per cápita a pesar de un desarrollo humano similar

Aunque existe una relación entre el uso de la energía y el desarrollo humano, existen países que se sitúan en lo más alto del índice que mide el desarrollo de una sociedad que emplean hasta tres veces más energía per cápita que otros con el mismo nivel. Es el caso, por ejemplo, de Catar. Los ciudadanos de este emirato de Oriente Medio emplean hasta tres veces más energía que los costarricenses, y ambos países tienen un índice de desarrollo humano similar. En esta comparación, Estados Unidos duplica el consumo energético español per cápita.

Una experta de la Universidad de Burgos advierte de la importancia de reducir el uso de la energía en la industria, la Administración y la vida personal.
En esta comparación, Estados Unidos duplica el consumo energético español per cápita. Imagen: Salvatore Balastro

Este y otros datos sobre consumo de energía, previsiones de futuro y consecuencias del uso actual fueron ofrecidos por la profesora de Química de la Universidad de Burgos Carmen Orozco en la inauguración de las jornadas Jornadas de Energía Nuclear organizada por Ingeniería Sin Fronteras Castilla y León.

Orozco indicó a DiCYT que "si se relacionan los parámetros de índice de desarrollo humano con los de consumo energético per cápita, resulta que hay diferencias del doble y del triple entre países con datos de desarrollo humano equiparables". En el caso más extremo se puede situar Catar, ya que su consumo per cápita de energía está situado en torno a los 18.000 kilovatios por hora per cápita, mientras que Costa Rica ronda los 3.000 kilovatios por hora per cápita. Según el índice de desarrollo humano de 2009, una herramienta de las Naciones Unidas para medir el grado de desarrollo de un país, ambos están en posiciones parecidas. Catar tiene un ídice de 0'875 mientras que Costa Rica alcanza un 0'846.

Entre los países más desarrollados también existen estas enormes diferencias. Canadá y Estados Unidos son los países más consumidores de energía entre los desarrollados, con datos parecidos a los de Catar. Europa Occidental, Japón y Australia, aunque con diferencias entre ellos, se sitúan a la zaga de los norteamericanos. Entre ellos, también hay grandes distancias. Estados Unidos, con un índice de desarrollo humano de 0'951 está cerca de los 16.000 kilovatios por hora per cápita, mientras que España, con un desarrollo humano de 0'949, consume unos 7.000 kilovátios por hora por habitante.

"Actualmente, despilfarramos energía", resume Orozco, que analizó en Burgos el uso que la sociedad actual hace de la energía y de sus diferentes fuentes. Una muestra: según un estudio del Insituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) citado por Orozco, existe una diferencia entre cerca del 30% entre la energía primaria, la que llega, por ejemplo, a una centra térmica, y la energía final, la que emplea el usuario. Ese 30% se queda por el camino.

Orozco cree que el ahorro de la energía se debe realizar en tres ámbitos: el industrial, el institucional y el personal. "En la vida privada, por ejemplo, si se emplea el vehículo privado con un solo ocupante para desplazamientos cortos, es un despilfarro de energía; en el plano institucional se podría ahorrar energía con el uso de nuevos materiales, con normas de edificación severas..." Lo importante, es que la ciudadanía se conciencie de que el uso de la energía tiene consecuencias más allá de las económicas, cree la experta. "El precio es un dogma que debemos evitar. ¿Por qué no medimos también, por ejemplo, los costes ecológicos del uso de energía, como hacemos con otras materias?".

En este sentido, según los datos ofrecidos por Orozco, en el último Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama), se presentó un informe sobre impacto del cambio global en el que indicaba que España debe reducir su consumo energético un 23% en 2030. La directiva europea 2006/32 obliga a este país a ahorrar hasta el 9% en un horizonte más cercano, en 2016. "Esta cifra es quizá más realista", destaca Orozco.

Fuentes energéticas

La experta de la Universidad de Burgos destacó que el 80% de la energía empleada por España procede de los combustibles fósiles, según un estudio entre enero de 2008 y julio de 2009. El 10% era de origen nuclear y el 9% procedía de fuentes renovables. En 2010 se ha observado una tendencia alcista en estas últimas fuentes. "Se deben incrementar obligatoriamente", resaltó Carmen Orozco. El propio IDAE fija en el 15'5% su uso en 2012 y en el 22'7% en 2020. La evolución de los costes de esta energía no parece representar un problema para la experta de la UBU. "Cuando adquirí mi primera calculadora, la compré por 6.000 pesetas y pagaba por mi vivienda 4.000 pesetas al mes; ahora puedes comprar una calculadora por 20 euros y pagar mensualmente 600 euros por la vivienda; la evolución de los costes se establece según diferentes variables". En todo caso, para que el impacto económico sea menor, Orozco reclama "más investigación científica y tecnológica para rebajar los costes y potenciar el consumo".

En el caso de los combustibles fósiles, "parece que el pico de producción petrolera se produjo en 2010, aunque como es un bien estratégico, hay que tomar con pinzas estos datos". En todo caso, "se puede tener la certeza que evidentemente estos combustibles se va a agotar y su extracción será más difícil", lo que afectará a su uso. Orozco citó el Libro blanco de la Unión Europea para la materia, que marca "el camino a seguir". Este documento quiere potenciar el uso del ferrocarril para el transporte, ya sea de personas como de mercancías. "En España se ha potenciado el transporte de mercancías por carreteras, y no es sostenible. Existen proyectos para el transporte de mercancías de noche por ferrocarril". En todo caso, el Libro blanco apuesta por que el 30% del transporte total de carretera en 2030 pase a las líneas férreas y en 2050 que los desplazamientos en carretera de más de 300 kilómetros sean una excepción. "Es difícil de pensar algo así actualmente", admite la especialista.

En el caso de la energía nuclear, Carmen Orozco se declara "antinuclear" por tres factores. "El primero es la posibilidad de accidentes. Estos se extienden en el espacio y en el tiempo". Es el caso de la contaminación producida en Chernóbil en 1986. Los europeos occidentales tuvieron las primeras noticias por los índices de radiación suecos tres días después del accidente. En el tiempo, las secuelas llegaron más allá de ese año. En 1998 se detectaron niveles contaminantes de estronio en Europa. "El segundo son los residuos. Aunque tenemos casi resuelto qué hacer con los de media y baja intensidad, en el caso de los de alta intensidad hay todavía dudas. En España vamos por el sexto plan que los debe regular y en 2006 debía estar designado el emplazamiento del almacén. En 2011 aún no hay decisión firme". El tercer motivo es "la independencia energética". Según Orozco, las grandes reservas de uranio están en países inestables (Kazajistán, Uzbekistán o Níger), además de Canadá o Australia. En España se cuenta con pequeñas reservas en la provincia de Salamanca. "Esto significa que dependeremos, como en el caso del petróleo, de otros subministradores". Además, este uranio hay que enriquecerlo. En España sólo hay dos plantas, en Andújar (Jaén) y Juzbado (Salamanca).

La profesora de Química considera que en el origen de todo este debate está el concepto de 'desarrollo sostenible'. "Este representa una equidad intrageneracional e intergeneracional". Intrageneracional para que no existan países con diferente huella ecológica, como sucede en la actualidad. Intergeneracional para que "transmitamos el capital natural que hemos recibido".

Fuente: DICYT
Derechos: Creative Commons
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