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Potenciar el transporte activo en Europa tiene un alto impacto sobre la salud

Un estudio publicado en PLOS ONE y liderado por investigadores de CREAL-ISGlobal, evalúa los posibles riesgos y beneficios para la salud de la promoción del transporte activo para ir al trabajo en seis ciudades europeas, entre ellas, Barcelona. Para lograr esto, se necesita una colaboración estrecha y fuerte entre los profesionales de la salud, los especialistas en transporte y los planificadores urbanos en las ciudades.

Biclicleta y peatones
Bicicleta y peatones en la ciudad de Barcelona. / Flickr Diluvi (CC)

Las políticas que estimulan el transporte activo (a pie y en bicicleta) se han relacionado con beneficios para la salud. Este estudio, liderado por científicos del Centro de ​Investigación en ​Epidemiología Ambiental (CREAL), centro aliado de ISGlobal y publicado en PLOS ONE, ha tenido como objetivo evaluar los posibles riesgos y beneficios para la salud de la promoción del transporte activo para ir al trabajo.

Los expertos han llevado a cabo una evaluación del impacto en la salud en dos escenarios, el aumento del uso de la bicicleta y caminar más, en la población de grupos de edad comprendidos entre los 16 y los 64 años en seis ciudades europeas.

Lo que se estimó fue la mortalidad por cualquier causa relacionada con los cambios en el nivel de actividad física, la exposición a la contaminación atmosférica por material particulado fino con un diámetro inferior a las 2,5 micras, así como las muertes de tráfico en las ciudades de Barcelona, ​​Basilea, Copenhague, París, Praga, y Varsovia. Ambos escenarios analizados produjeron beneficios para la salud en las seis ciudades.

Los investigadores hallaron que un aumento del uso de la bicicleta de un 35% de todos los viajes (como en Copenhague) producía los beneficios más altos entre los diferentes escenarios analizados en Varsovia con una media de 113 muertes anuales evitadas, 61 en Praga, 37 en Barcelona y París y unas 5 en Basilea.

“Un aumento en viajes a pie del 50% (como en París) dio como resultado 19 muertes de media evitadas anualmente en Varsovia, 11 en Praga, 6 en Basilea, 3 en Copenhague y Barcelona. Los escenarios estudiados también mostraron una reducción en las emisiones de dióxido de carbono en las seis ciudades de 1.139 a 26.423 toneladas por año”, explica David Rojas, investigador de CREAL e ISGlobal y primer autor de este estudio.

Las políticas de transporte activo pueden resultar en beneficios para la salud

Cambio en las políticas

Las políticas para promover el transporte activo puede producir beneficios para la salud, pero estas dependen de las características actuales de las ciudades. El aumento de la colaboración entre los diferentes profesionales de la salud, los especialistas en transporte y los planificadores urbanos ayudará a introducir la perspectiva de la salud en las políticas de transporte y promover el transporte activo.

Este estudio pone de relieve la importancia de las características existentes en las ciudades en la determinación de los impactos sobre la salud de las políticas de transporte activo. Características como los niveles de actividad física de base en la población, la seguridad del tráfico o la calidad del aire, puede aumentar o disminuir los beneficios asociados con las políticas de transporte activo. “Estas políticas producirán mayores beneficios para la salud cuando se centran en la población más sedentaria o en los modos de transporte más sedentarios. Es decir, los automóviles”, comenta Mark Nieuwenhuijsen, coordinador del estudio TAPAS.

“La aplicación de las políticas de transporte activo con una mejora en la seguridad del tráfico, particularmente para los modos de transporte activo, dará lugar a mayores beneficios netos para la salud. Y la mejora de la calidad del aire junto a la implementación de una política de transporte activo también reducirá los riesgos para los ciclistas y peatones, así como para todos los demás ciudadanos, y aumentará los beneficios de las intervenciones para la salud”, especifica Rojas. Según los investigadores, estas características deben ser tomadas en cuenta por los creadores de políticas, ONGs, ciudadanos y los evaluadores de riesgos en la elaboración de políticas.

No obstante, estas políticas deben considerar en primer lugar los actuales niveles de seguridad de tráfico en la ciudad y diseñar intervenciones apropiadas de seguridad para ciclistas y peatones para que produzcan los mayores beneficios netos para la salud. “Se necesita aplicar unas políticas de transporte que integren una perspectiva de salud en los entornos urbanos. Para lograr esto, se necesita una colaboración estrecha y fuerte entre los profesionales de la salud, los especialistas en transporte y los planificadores urbanos en las ciudades”, concluye Nieuwenhuijsen.

Referencia bibliográfica:

Rojas D. et al. Health impacts of active transportation in Europe. PLoS One. 2016 Mar 1;11(3):e0149990. doi: 10.1371/journal.pone.0149990.

Fuente: CREAL/ISGlobal
Derechos: Creative Commons

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