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Un grupo de la Universidad Politécnica de Madrid ha desarrollado una aplicación que calcula la huella energética de vehículos en autopistas. La herramienta es capaz de estimar el consumo de combustible y emisiones de una autopista o un tramo de la misma bajo diferentes escenarios en una escala temporal de un año.
Expertos del Centro de Investigación del Transporte (TRANSyT) de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado una aplicación que calcula la huella energética del tráfico de vehículos en autopistas.
La aplicación, denominada Huella Energética opeRación Autopistas (HERA), incluye una metodología y una herramienta software que realiza el cálculo del consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la demanda de tráfico asociada a una autopista.
La huella energética de una autopista se define como el consumo de energía que se produce durante el ciclo de vida completo de la misma y comprende las fases de construcción, mantenimiento, operación y deconstrucción.
Según explican sus creadores, la nueva herramienta se centra en la fase de operación y permite determinar la huella energética del flujo de tráfico que circula por una autopista bajo unas condiciones de tráfico determinadas. Estima el consumo de combustible, el consumo energético y las emisiones GEI ) de una autopista o un tramo de la misma bajo diferentes escenarios en una escala temporal de un año.
También para las áreas de peaje
El desarrollo de la UPM ofrece ventajas respecto a aplicaciones previas, indican estas fuentes. Por ejemplo, se puede aplicar en cualquier red de carreteras, siguiendo un enfoque tramo a tramo. Además, HERA permite estimar la huella energética en las áreas de peaje según diferentes sistemas de cobro: manual, electrónico y free flow.
La universidad añade que HERA es de particular interés para la evaluación de alternativas y estrategias centradas en la gestión de la velocidad, la renovación de la flota, la gestión de vehículos pesados, el diseño de carreteras y sistemas de cobro de peaje. Tambien conecta la entrada y salida de datos con un Sistema de Información Geográfica (SIG), proporcionando una representación geográfica del consumo de energía y la huella de carbono.
Estos materiales están compuestos únicamente de proteínas, capaces de entregar de forma prolongada en el tiempo, nanopartículas que pueden dirigirse a células tumorales específicas y destruirlas. Imitan a los gránulos secretores naturales del sistema endocrino y han sido probados con éxito en modelos de ratón con cáncer colorrectal.
Un equipo de la Universidad Rey Juan Carlos está abordando el reto de definir y diseñar cómo se visualizará este gemelo virtual para simular distintos cambios de medicación y de tratamientos en esquizofrenia, ictus y epilepsia.
