En España, varias compañías privadas contribuyen a la vacunación contra el SARS-CoV-2, con proyectos que van desde la fabricación de antígenos y compuestos para ensayos clínicos hasta el envasado y producción de los fármacos. Para ello han contado con más de 7,7 millones de euros en financiación pública.
El día de mañana, cuando la pandemia de SARS-CoV-2 sea un acontecimiento histórico que se lea en los libros de texto y no en las noticias, la población recordará a las empresas públicas y privadas que contribuyeron a desarrollar las vacunas contra la covid-19. En unos pocos meses, Pfizer, AstraZeneca, Moderna o Novavax han dejado de sonar como meras marcas comerciales de compañías farmacéuticas para pasar a ser nombres con los que nos referimos familiarmente a distintas vacunas. ¿Recordaremos también el nombre de alguna empresa española?
Aquí la iniciativa privada nacional también está contribuyendo al desarrollo de vacunas. El Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), la entidad pública que canaliza las solicitudes de ayudas y apoyo a la I+D+i de las empresas españolas, ha aportado un total de 7.789.531 euros a 11 proyectos relacionados con las vacunas. Algunos de ellos están orientados a vacunas ya aprobadas o en evaluación continua por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Se producen componentes, como antígenos o compuestos para ensayos clínicos. Otros proyectos están dedicados a vacunas en fases preclínicas o a desarrollos propios de estas firmas.
El grupo de empresas biofarmacéuticas Zendal, situado en Porriño (Pontevedra), ha recibido una dotación de 4.506.192 euros del CDTI. Esta aportación pública se ha desglosado en cuatro proyectos diferentes: tres para su filial CZ Veterinaria, dedicada al desarrollo y fabricación de vacunas y compuestos biológicos de salud animal, que ha recibido 4.019.772 euros; y uno para Biofabri, otra de sus subsidiarias, centrada en investigación y producción de vacunas para uso humano, a la que se han destinado 486.420 euros.
Así, el grupo de empresas mantiene tres líneas de trabajo: una con la compañía estadounidense Novavax y su vacuna, en evaluación por la EMA; y sendos proyectos de vacuna del CSIC, el de Mariano Esteban y Juan Arriaza (Centro Nacional de Biotecnología) y el de Vicente Larraga (Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas).
Para la estadounidense Novavax, Biofabri será la compañía responsable en la Unión Europea de hacer la producción industrial del antígeno de esta vacuna, esto es, fabricar la parte ‘activa’ de este fármaco que es la que induce una respuesta inmunitaria en las personas y las protege, como explica el consejero delegado de Zendal, Andrés Fernández, en el Faro de Vigo.
La NVX-CoV2373, nombre técnico para esta vacuna, tiene pequeñas partículas compuestas con versiones de la proteína S —la que permite entrar al SARS-CoV-2 en las células humanas— cultivadas en laboratorio.
En cuanto a la vacuna de Esteban y Arriaza, denominada MVA-CoV-2-S, Biofabri es copatrocinador y se encarga de desarrollar el prototipo de esta candidata a vacuna para las pruebas en voluntarios sanos. Este proyecto usa como vehículo el virus vaccinia modificado de Ankara (MVA) para transportar la proteína S que estimule la defensa inmunitaria contra el coronavirus. En enero, esta candidata mostró una eficacia del 100 % en ratones.
Por último, Zendal mantiene una colaboración con el proyecto de vacuna de Larraga que consiste en colocar una molécula sintética de ADN como vehículo portador del gen de la proteína S y de otras proteínas del virus SARS-CoV-2.
La compañía donostiarra Viralgen Vector Core, especializada en terapia génica, ha recibido un total de 358.597 euros del CDTI. Este dinero lo usará para producir una vacuna basada en secuencias genéticas del SARS-CoV-2 —concretamente, de la proteína S—que usa como ‘vehículo’ a vectores virales adeno-asociados recombinantes (rAAV).
Este proyecto de vacuna surge de la colaboración entre varios hospitales de Massachusetts (EE UU) asociados a la Universidad de Harvard y tres socios de la industria de las terapias génicas: Viralgen VC, Aldevron, y Catalent. La empresa de San Sebastián Touchlight AVV también tuvo una participación colateral en este proyecto, ya concluida.
“La participación en este proyecto es un reto ilusionante, para el que contamos con el apoyo de las Instituciones del País Vasco y la colaboración de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios”, comentó el director general de Viralgen, Javier García, cuando se hizo pública esta colaboración.
Foto de archivo de una trabajadora de Viralgen Vector Core. / ViralgenVC
La compañía Touchlight AVV, con sede en el Parque Científico y Tecnológico de Gipuzkoa (San Sebastián), está especializada en terapias génicas y ha recibido una aportación del CDTI de 500.000 euros. La firma ha dedicado esta financiación en el desarrollo de una plataforma para producir vacunas contra el coronavirus basadas en virus adenoasociados —un tipo pequeño y simple de virus que afecta a humanos y primates— recombinantes. Esta tarea forma parte del proyecto desarrollado por la firma Viralgen Vector Core, ubicada en el mismo parque, e investigadores de la Universidad de Harvard (EE UU).
El proyecto de Touchlight, denominado TAAVacCov y concluido en diciembre de 2020, usa un tipo de ADN sintético doggyboneDNA (dbDNA), un ‘vehículo’ de material genético producido con tecnología enzimática que se puede ajustar a diferentes escalas y de rápida manufacturación.
La farmacéutica barcelonesa ha recibido una aportación de 499.995 euros del CDTI dedicados a adaptar sus instalaciones para fabricar la vacuna de Janssen en España, que requiere una única dosis.
La compañía comenzó en 2018 un proyecto de construcción de una nueva planta en Sant Joan Despí (Barcelona) con una inversión de 30 millones de euros. Se espera que esté lista en el segundo trimestre de este año.
En cuanto esté operativa, la planta podrá formular, llenar y envasar las vacunas de la filial de Johnson & Johnson, con un límite de 250 millones de dosis al año según el acuerdo entre ambas farmacéuticas.
La empresa Polypeptide Therapeutic Solutions (PTS), situada en Paterna (Valencia) ha recibido una 498.030 euros del CDTI, que dedicará a preparar sus instalaciones para fabricar vacunas.
Según describe su resumen del proyecto, estas instalaciones tendrán dos objetivos: producir lotes de vacunas para otras farmacéuticas y grupos de investigación que realizan ensayos clínicos, y fabricar vacunas propias y por encargo para abastecer a la población.
“El objetivo es disponer de unas instalaciones completas y versátiles para agilizar el testeo de nuevas vacunas y la fabricación de las vacunas ya testadas y funcionales”, señala el resumen público del proyecto.
La empresa biofarmacéutica situada en Noáin (Navarra) ha recibido 497.408 euros del CDTI para investigar una vacuna oral basada en nanopartículas con virus SARS-CoV-2 inactivados que haga frente a la covid-19.
Este proyecto se desarrolla con la Universidad de Navarra —institución de la que deriva esta compañía— y busca conseguir un candidato vacunal que se administre en mucosas, que pueda conservarse a temperatura ambiente y que tenga un coste asequible para los sistemas de salud, de manera que se pueda “facilitar enormemente la vacunación masiva de la población”, detalla el resumen público.
La compañía HIPRA, en el municipio de Amer (Girona), ha recibido una aportación de 458.470 euros del CDTI. La empresa mantiene dos líneas de investigación en vacunas: un proyecto propio basado en proteína recombinante al que va destinado la ayuda del CDTI y una colaboración con la investigación liderada por Felipe García (Clínic Barcelona) con tecnología de ARN mensajero.
La investigación propia busca que esa proteína induzca una potente respuesta inmunitaria que neutralice el SARS-CoV-2. El objetivo es obtener una candidata que se conserve entre los 2 y los 8 grados Celsius. Además, la estrategia de Hipra es que es esta plataforma sea efectiva frente a diferentes variantes del coronavirus y sea necesaria una dosis de revacunación.
Por otro lado, la investigación liderada por García contempla diseñar, desarrollar y probar una vacuna basada en ARNm formulado con nanopartículas, al igual que las actuales aprobadas de Pfizer/BioNTech y Moderna, que induzca respuestas del sistema inmunitario contra el virus a largo plazo. La empresa gerundense colabora con el instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) en el desarrollo y escalado de esta futura vacuna.
Según detalla la firma, ambas vacunas se encuentran en fase preclínica y estiman que la candidata propia podrá empezar el ensayo clínico en junio. “La comercialización podría comenzar a finales de 2021, sujeta a la obtención de las autorizaciones oportunas”, precisan.
Algenex (Alternative Gene Expression), situada en el municipio madrileño de Tres Cantos, ha recibido 470.840 euros del CDTI, que dedicará a desarrollar un antígeno vacunal frente a la covid-19 basada en la proteína S del coronavirus.
La directora general, Claudia Jiménez, explica a SINC que esta candidata a vacuna se está fabricando con la tecnología CrisBio, propiedad de la empresa: “Usa crisálidas de un insecto combinadas con vectores de baculovirus manipulados genéticamente”. Este sistema, agrega, puede producir mucho más y a coste más bajo que con otros métodos tradicionales.
La tecnología CrisBio usa crisálidas de un insecto combinadas con vectores de baculovirus manipulados genéticamente. Este sistema puede escalar la producción de forma lineal y casi ilimitada
La tecnología propiedad de esta empresa madrileña permite, según apunta Jiménez, “escalar la producción de forma lineal y casi ilimitada, permitiendo abastecer de vacunas de forma rápida y económica a grandes poblaciones”.
Por último, el grupo farmacéutico español Insud Pharma será el responsable de fabricar los viales de la vacuna Vaxzevria (Oxford/AstraZeneca), encargándose de su llenado y empaquetado. La instalación elegida para esta tarea es la planta de Universal Farma, ubicada en Azuqueca de Henares (Guadalajara). No ha recibido ninguna aportación del CDTI para esta tarea.
El director general de Insud Pharma, Lucas Sigman, destacó en la presentación de este acuerdo que haber sido elegidos como responsable envasador de este antígeno “pone de manifiesto la solvencia de nuestro grupo como socio de primera línea. Nos sentimos muy satisfechos del apoyo del Ministerio de Sanidad y las instituciones para que la vacuna pueda fabricarse en España, un país con una industria farmacéutica tan fuerte”, sentenció.
A esto se le suma que mAbxience, compañía de biotecnología de Insud Pharma, cerró un acuerdo con AstraZeneca para producir esta vacuna en una planta inaugurada recientemente en Argentina, tal y como informó en agosto el presidente del país sudamericano, Alberto Fernández.
Actualizado a 7 de junio de 2021 con una precisión sobre la aportación del CDTI a HIPRA. Una versión anterior del artículo reflejaba que la empresa iba a destinar la ayuda pública a sus dos líneas de investigación en vacunas contra la covid-19, cuando solo destina esa cuantía al desarrollo propio.