Durante la última etapa del Mioceno, el Mediterráneo experimentó periodos tanto de llenado como de sequía extrema. Investigadores de Geociencias Barcelona del CSIC proponen que la erosión junto a los ciclos climáticos fue lo que provocó estos cambios drásticos en el nivel del mar.
El hallazgo de un topo del Plioceno en un yacimiento de Girona, revela una evolución más dinámica de los tálpidos, con posibles migraciones entre Eurasia y América del Norte. Su buena conservación permitió un análisis anatómico detallado y nuevas hipótesis sobre su adaptación al entorno.