Un nuevo estudio ha registrado con gran precisión los movimientos de koalas salvajes en un paisaje agrícola australiano. Los datos muestran que, aunque los koalas apenas descienden de los árboles, esos breves desplazamientos por el suelo los exponen a peligros mortales como atropellos o ataques de perros.
Durante la última glaciación, la gruesa capa de hielo ayudó a contener la actividad volcánica, ya que su peso mantenía el magma bajo la superficie. Sin embargo, el calentamiento global y el deshielo de los glaciares disminuyen esa presión, lo que podría provocar erupciones más frecuentes y explosivas.