Científicos del MIT han identificado una estructura combinatoria en el lenguaje de estos mamíferos marinos, en el que ajustan y modulan diferentes chasquidos y ritmos para crear vocalizaciones elaboradas y expresivas, similares al lenguaje humano. El equipo ha analizado grabaciones de unos 60 especímenes que han utilizado para definir un ‘alfabeto fonético’.
La ciencia ha reexaminado el tamaño y la estructura del cerebro de distintos dinosaurios, incluido el icónico T. rex. Un equipo internacional de investigadores en paleontología, ciencias del comportamiento y neurobiología ha llegado a la conclusión de que esta criatura tenía la inteligencia de un reptil y no la de un simio, como afirmaban estudios recientes