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Astrónomos del ESAC descubren una explosión estelar que nadie detectó

Científicos del Centro Europeo de Astronomía Espacial de la ESA (ESAC), situado en Villafranca del Castillo (Villanueva de la Cañada, Madrid), han descubierto, gracias a las observaciones del telescopio espacial XMM-Newton, la explosión de una estrella en la Vía Láctea que legiones de observadores de todo el mundo pasaron por alto, a pesar de que los cálculos demuestran que tuvo que ser claramente observable a simple vista.

V598 Puppis, la estrella que nadie observó. Foto: Contours: ESA/ XMM-Newton/ EPIC (adapted from A. Read et al.), Background: SSS

La observación ocurrió el 9 de octubre de 2007, cuando el telescopio espacial de rayos X de la ESA detectó una fuente brillante de rayos X inesperada y que no aparecía en ningún catálogo anterior. El XMM-Newton estaba recibiendo unos 50 rayos X cada segundo desde este misterioso objeto. El único cuerpo celeste que el equipo de XMM-Newton pudo encontrar en esta situación era una débil estrella, conocida sólo por su número de catálogo USNO-A2.0 0450-03360039. Rápidamente, Andy Read, de la Universidad de Leicester (Reino Unido), y Richard Saxton, del ESAC, alertaron a la comunidad astronómica internacional a través de Internet de la recién descubierta fuente de rayos X.

Un grupo de astrónomos, empleando el telescopio de 6.5m Magellan-Clay del Observatorio de Las Campanas en Chile, descubrieron que la USNO-A2.0 0450-03360039 había incrementado drásticamente su brillo más de 600 veces. Analizando la luz de la fuente llegaron a la conclusión de que el objeto se podía clasificar como una nova. Las novas se producen cuando una estrella compacta, conocida como enana blanca, se alimenta del gas de una estrella cercana. Cuando se acumula suficiente gas sobre la enana blanca comienza una reacción nuclear que libera enormes cantidades de energía, provocando que la estrella aumente considerablemente su brillo.
Pero aún había un misterio. La explosión incandescente no libera inmediatamente rayos X, y la nube expansiva de escombros creados en la detonación enmascara temporalmente los rayos X. Al despejarse la nube, los rayos X empiezan a brillar a través de ella. De esta forma, para que XMM-Newton fuese capaz de ver esta nova la explosión debería haber sucedido varios días antes. Aún así, nadie informó sobre ella.

Habitualmente, aficionados incondicionales y astrónomos profesionales encuentran novas a base de barrer el cielo nocturno en busca de estrellas que aumenten su brillo repentinamente. Ésta, al parecer, había pasado inadvertida. Saxton contactó con el programa de barrido robótico del cielo ASAS y les pidió que revisaran sus datos.

Efectivamente, ahí estaba la nova. La explosión había tenido lugar el 5 de Junio de 2007 y había sido claramente visible, incluso a simple vista.“Cualquiera que aquella noche hubiera salido y mirado hacia la constelación de Puppis podría haberla visto”, comenta Saxton.

La nova ha sido oficialmente designada como V598 Puppis y será una de las más brillantes durante casi una década, a pesar de la ironía de no haber sido observada durante su pico de mayor brillo. Al difundirse la noticia, el esfuerzo global para registrar el desvanecimiento de su luz se hizo más intenso. “De repente todo el mundo se ha puesto a tomar datos sobre la estrella. Al trabajar con estrellas variables como esta, la contribución de la comunidad de aficionados puede ser al menos tan importante como la de los profesionales”, comenta Read. Aunque gracias a XMM-Newton esta historia ha tenido "un final feliz", ha hecho reflexionar a los astrónomos sobre otros descubrimientos que puedan pasar desapercibidos.

Fuente: ESA
Derechos: Creative Commons
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