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Tecnalia Corporación Tecnológica participa, junto a diversas empresas europeas, en el proyecto SARTRE. Su fin es desarrollar la tecnología que permita el transporte de vehículos en cadena sin conductor, a través de vías rápidas como autopistas.
El Proyecto SARTRE (Safe Road Trains For The Environment; trenes de carretera seguros para el medio ambiente) quiere avanzar en los sistemas de transporte “inteligentes” del futuro, concretamente en los que permitan viajar de forma asistida a varios coches (entre seis y ocho) dirigidos por un camión que actúa como vehículo-guía.
El proyecto, además de liberar de la conducción a los conductores, promete mucha más seguridad y un ahorro de combustible estimado en un 20 %, debido a la reducción de la resistencia al aire. Durante los recorridos del "tren de carretera" (road train) con asistencia inalámbrica, los conductores podrán leer, descansar, comer, telefonear, etc.
El consorcio que desarrolla el proyecto está formado por siete socios, entre los que se encuentran Volvo, IKA o IDIADA, dedicados a sectores como el de la automoción, los bienes de equipo y la energía; así como plataformas tecnológicas, ayuntamientos, operadores de transporte público, universidades y otros centros tecnológicos. El presupuesto total es de 19 millones de euros, desde el año 2009 hasta el 2012. Las pruebas de campo se efectuarán en España el próximo año 2011.
La Unidad de Automoción de Tecnalia es responsable en SARTRE del análisis de comportamiento humano relacionado con el platooning, sistema por el que los vehículos se conducen solos, tal y como lo harán los vehículos vagón o los que simplemente circulan por la vía. Se analizarán los factores y riesgos humanos de esta tecnología. En cuanto a la implementación de los sistemas, también participa en la arquitectura hardware y software de los HMIs (Human Machine Interfaces; interfaces ser humano-máquina) que irán en los vehículos y que le indicarán al conductor el modo de actuar en cada momento. Por ejemplo, cuándo deberá soltar el volante del vehículo, que pasará a conducirse de forma automática, y viceversa.
La agencia espacial estadounidense volará esta aeronave sobre algunas comunidades para estudiar lo que escucha la gente. De momento, los vuelos supersónicos comerciales sobre tierra están prohibidos por motivos de ruido, pero esto podría cambiar si las pruebas tienen éxito.
Cuando entre en vigor la próxima legislación, ya no servirán las estimaciones de un laboratorio sino los gases liberados por los coches circulando en carretera, según adelanta esta experta española del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. La química considera que ella y su equipo son el 'brazo' científico del órgano ejecutivo continental, anticipando problemas que permitan avanzar hacia una mejor calidad del aire.
