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Las empresas extranjeras en España otorgan una nota media de 3,16 sobre 5 al clima de negocios en España y consideran como sus principales fortalezas el entorno de negocios (como la competitividad de los sectores o la calidad de proveedores cualificados), los costes de la mano de obra cualificada y la fuerza laboral (que incluye la calidad de las escuelas de negocio y la capacidad de aprendizaje). Las áreas que creen necesario mejorar son el conocimiento de idiomas, la facilidad para contratar y despedir y la disponibilidad de mano de obra cualificada.
Éstas son las conclusiones de la segunda edición del “Barómetro del clima de negocios en España”, realizado por sociedad estatal Invest in Spain, del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, en colaboración con el IESE y en el que fueron encuestadas 292 empresas entre mayo y agosto de 2008.
Las previsiones de estos inversores son menos optimistas que el año anterior, aunque el 76% de los consultados afirman que prevén mantener o aumentar sus inversiones en España, el 31%, planea aumentar el número de trabajadores contratados y el 44% lo mantendrá.
Otras fortalezas del clima de negocios valoradas por las empresas son la calidad de vida en el país, el transporte, las comunicaciones e instalaciones y la calidad y disponibilidad de los servicios e infraestructuras de comunicaciones.
Las empresas encuestadas están satisfechas de su situación en España y consideran positiva la rentabilidad de la empresa en el país en comparación a la del resto de su grupo. Además, otorgan una puntuación de 3,5 sobre 5 al estado general en el país.
En opinión del Ministerio de Industria, los inversores extranjeros consideran que España cumple con sus expectativas, tanto en la estructura básica macroeconómica como en los aspectos de negocio, funcionamiento y competitividad de los mercados.
Un equipo de investigadores del Instituto INGENIO (CSIC-UPV) y la Universidad de Oslo han analizado un total de 103 regiones europeas y ha concluido que aunque en general la desigualdad parece disminuir al aumentar las habilidades digitales de la población, si se analiza por grupos concretos, esta disminución solo se da entre las clases media y alta.
El crecimiento económico suele considerarse una forma segura de aumentar el bienestar de las personas en los países menos desarrollados. Sin embargo, un estudio dirigido por la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad McGill de Canadá sugiere que existen buenas razones para cuestionar esta suposición.
