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Todo empezó con unas ramitas

Han pasado 50 años desde la llegada de Jane Goodall a Gombe, el parque nacional en Tanzania donde el paleontólogo Louis Leakey le encomendó la tarea de observar y documentar el comportamiento de los chimpancés salvajes que lo habitaban. La primatóloga repasa para SINC el pasado y se interroga por el futuro.

"La explosión de las nuevas tecnologías ha permitido al Instituto que lleva mi nombre realizar importantes avances científicos en la conservación de los chimpancés".

Pasaron muchos meses hasta que tuve mi primer contacto con David Greybeard, el chimpancé que me permitió ganarme la confianza de su grupo.

En mis recuerdos de aquellos primeros meses que compartí con mi madre, Vanne, que me acompañó porque las autoridades coloniales británicas de aquel momento pensaban que una jovencita como yo no debía ir sola a un lugar tan remoto, todavía ocupan un espacio destacado algunos objetos que me permitieron vivir en el bosque, llevar a cabo mis primeras observaciones y documentarlas.

Unos binoculares, una lámpara y las latas de queroseno, una primitiva tienda de campaña, un cuaderno y lápices, y más adelante, el artefacto más sofisticado de todos: una máquina de escribir.

Con estos simples utensilios conseguí realizar mis primeras observaciones, tal vez las más relevantes de todas: la fabricación y uso de herramientas por parte de los chimpancés. A partir de una ramita escogida, desbrozándola de hojas, estas fabulosas criaturas son capaces de construir una rudimentaria pero eficaz caña de pescar termitas.

Visto con la perspectiva de estos 50 años, aquellos objetos que me permitían sobrevivir y realizar mi trabajo parecen casi tan primitivos ahora como nos puedan parecer esas rudimentarias herramientas fabricadas por los chimpancés.

A medida que pasaban los años, las nuevas técnicas y tecnologías aplicadas a la investigación han ido integrándose en el día a día de Gombe. Los avances en genética nos han permitido dar el que es tal vez el salto más grande en el estudio de la especie, que ahora sí, seguro, sabemos que es la más próxima al hombre y también nos ha permitido estudiar el origen de enfermedades como el VIH, por ejemplo.

En el campo de la conservación, la innovación más extraordinaria es la utilización del SIG (Sistema de Información Geográfica) para identificar zonas y corredores, con tecnologías que están casi al alcance de cualquier persona o comunidad, como en los proyectos de reforestación en Tanzania, que se apoyan en tecnologías de satélite de Google. No hace falta tampoco mencionar la importancia del proceso de todos los datos tomados por los investigadores tanzanos hora a hora, día a día en los bosques de Gombe.

Así pues, la explosión de las nuevas tecnologías y la innovación ha permitido al Instituto que lleva mi nombre realizar importantes avances científicos en la conservación de los chimpancés y sus hábitats que de otra forma no hubieran sido posibles.

Tal vez todo empezó con unas ramitas…

Dame Jane Goodall (Londres, 1934) es naturalista, activista y primatóloga. La experta ha dedicado su vida al estudio del comportamiento de los chimpancés en África, ya promover estilos de vida sostenibles en todo el planeta. Más información, en el Instituto Jane Goodall.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons