Las crecidas repentinas de agua generan grandes impactos socioeconómicos y causan miles de muertes cada año. En respuesta, nuevas estrategias combinan la planificación urbana y las infraestructuras verdes, además de proponer la inclusión de especialistas en gestión de residuos en los equipos que dirigen las tareas de emergencia.
Investigadores del Centro Euromediterráneo para el Cambio Climático han identificado un fenómeno que incrementa la vulnerabilidad de las regiones mediterráneas a grandes inundaciones. Lo han denominado ‘efecto cul-de-sac’ y determina que las montañas intensifican las riadas a medida que el cambio climático se acelera.