Un estudio del Instituto de Neurociencias de Alicante revela que estas conexiones se forman muy pronto y atraviesan fases críticas que pueden influir en trastornos del neurodesarrollo.
Tras analizar a un millón de personas con trastornos psiquiátricos, un estudio revela que muchos de ellos comparten características específicas en el ADN. Estos factores compartidos desempeñan un papel importante en las primeras etapas del desarrollo cerebral.