Cada año miles de personas sufren intoxicación por metanol; entre dos y cuatro de cada 10 mueren, y quienes sobreviven a menudo padecen graves daños permanentes, como una ceguera total. La fuente de estos envenenamientos es insospechada para la mayoría: este producto puede estar presente contaminando las bebidas alcohólicas, sobre todo en los países en desarrollo. El riesgo afecta también a destinos turísticos muy populares.
Una investigación publicada en Nature Communications detalla cómo una variante del genotipo GII.17 ha logrado reemerger y expandirse desde 2023 gracias a mutaciones que refuerzan su capacidad de transmisión y le permiten esquivar mejor la respuesta inmunitaria. El trabajo sitúa a la proteína VP1 como pieza central en la adaptación del virus y en el diseño de futuras vacunas.