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En los caparazones pueden observar las marcas de corte detectadas con el miscroscopio y que avalan el consuma humano de la carne de tortuga. Imagen: IPHES.
El estudio ha demostrado que las esponjas capturan silicio del agua mediante un sistema que no parece haber evolucionado en los últimos 100 millones de años. Imagen: CSIC.
Una investigación del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) asegura que las tortugas formaban parte del menú de las primeras poblaciones humanas de Europa, hace alrededor de 1,2 millones de años. El estudio, que publica el Journal of Human Evolution, se basa en el análisis de 75 restos fósiles de tortugas encontrados en la Sima del elefante en Atapuerca (Burgos).
Consecuencias del tsunami de Japón el pasado mes de marzo. Imagen: Warren Antiola.
Un equipo de científicos, dirigidos por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Manuel Maldonado, señala que las esponjas marinas retienen el 88% del silicio del océano. Este elemento, un nutriente fundamental del océano, contribuye a la proliferación de las microalgas, que alimentan a muchos organismos marinos. Además, este mineral favorece la absorción de CO2 por parte de las microalgas.
Desde que los sistemas de detección de rayos se desarrollaran en la década de los 80, se viene investigando sobre la posibilidad de estimar la precipitación producida por una tormenta en función de los rayos generados en la misma. Si esto fuera posible, bastaría con conocer la distribución de rayos en una cuenca para estimar la cantidad de precipitación que esa recibe. Joseba Areitio, licenciado en Ciencias Físicas por la UPV/EHU, ha realizado su aportación a esta línea de investigación recopilando datos del País Vasco.
Los pacientes con trastorno del sueño REM tienen pesadillas en los que son atacados y perseguidos, con la particularidad de que las escenifican gritando, llorando, dando puñetazos y patadas hasta el punto de correr el riesgo de caer de la cama y hacerse daño. Lancet Neurology acaba de publicar el tercer trabajo consecutivo en cinco años sobre la relación entre este trastorno y la enfermedad de Parkinson. El primer trabajo demostraba en 2006 que el 45% de los pacientes que lo padecen desarrollaban la enfermedad de Parkinson y otras enfermedades neurodegenerativas en las que hay una falta de dopamina en el cerebro. El segundo artículo señalaba en 2010 que las pruebas de neuroimagen que miden la dopamina en el cerebro, como el SPECT cerebral, permiten identificar los enfermos con trastorno de sueño REM que tienen mayor riesgo de desarrollar precozmente una enfermedad neurodegenerativa como el Parkinson.