Representantes de más de 50 países se han reunido en la Conferencia Internacional sobre el Clima y Bosques en Oslo (Noruega) para impulsar la colaboración mundial en la reducción de la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo. España ha defendido el papel clave de los bosques para reducir las emisiones de CO2 con la aportación de 25 millones de euros a diferentes proyectos para reducir las emisiones de CO2.
Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Universidad de Barcelona han desarrollado una metodología para detectar la influencia de los vertidos de las granjas marinas de aguas abiertas sobre los ecosistemas marinos. Gracias a esta metodología, basada en el análisis de la señal isotópica del nitrógeno en el tejido de vegetales marinos, es posible seleccionar las zonas aptas para la acuicultura bajo criterios ecológicos estableciendo distancias de seguridad entre la granja y el ecosistema sensible a esta actividad.
Muestras de microfósiles de la Edad de Hielo para analizar su contenido de radiocarbono.
Nube de cenizas del volcán islandés Eyjafjallajokull.
El grupo de Alberto Santos de la Universidad de Cádiz estudia la creación de un nuevo método basado en la imitación de algunos de los procesos de eliminación de CO2 que ya ocurren en la naturaleza. Será un dispositivo simple capaz de eliminar el CO2 ya existente en la atmósfera, mediante reacciones de carbonatación mineral.
Un equipo de científicos liderado por el Instituto Astrofísica de Canarias (IAC) ha logrado identificar una de las moléculas orgánicas más complejas que se han detectado hasta la fecha en el medio interestelar.
Imagen de la banda de antraceno recientemente identificada por investigadores del IAC y de la Universidad de Texas en la región de formación estelar de Perseo. Esta molécula está formada por tres anillos de átomos de carbono en forma hexagonal, rodeados por átomos de hidrógeno.
El lago Chott El Jerid.
Científicos españoles han analizado datos de temperatura y salinidad del Mar Mediterráneo occidental entre 1943 y 2000 para estudiar la evolución de cada variable. Su investigación demuestra que, al menos desde los años ’40, el agua profunda se calienta de forma progresiva y se hace más salina, y que desde los años ’90 el proceso se ha acelerado.