Los trabajadores de un zoológico de la provincia de Toledo se vieron sorprendidos hace poco más de una semana con el nacimiento de Keny, una leona sudafricana blanca. Solo existen unos trescientos ejemplares en todo el mundo.
Sus ojos azules y el color de su pelaje se deben a una mutación genética de sus progenitores, dos leones adultos africanos que llevan en este zoológico unos seis años y que, curiosamente, no son blancos sino de color marrón.
Esta particularidad suele ser más habitual entre tigres, pero no entre leones, por lo que en el centro están encantados con su nacimiento; no obstante, habrá que esperar un tiempo para ver si realmente la pequeña felina mantiene este color o cambia de tonalidad, ya que ésta puede variar del blanco casi puro al rubio.