Escribir la historia evolutiva de las tortugas no ha sido tarea fácil debido a la escasez de fósiles que existe entre los reptiles primitivos sin caparazón y las tortugas modernas. Ahora, un equipo internacional de científicos ha descubierto un nuevo ejemplar en el lago Vellberg (Alemania), de 240 millones de años de antigüedad, que haría de puente entre los ancestros y los miembros actuales de estos reptiles. Pappochelys –'abuelo' y 'tortuga' en griego– es el nombre que le han dado.
Francisco J. Ayala (Madrid, 1934) es profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad de California en Irvine (EE UU) y uno de los científicos españoles más relevantes de las últimas décadas en el campo de la evolución. Ha sido investido como doctor honoris causa por más de 20 universidades en diez países distintos. A este listado se le suma el que le otorga este jueves la Universidad Autónoma de Barcelona.
Científicos de diversas instituciones inglesas han descubierto que los chimpancés tienen los mismos tipos de sonrisas que los seres humanos. Además, la flexibilidad en los músculos de sus caras les permite sonreír sin emitir sonidos, o variar sus gestos según el rol social que hayan estableciendo.
Científicos estadounidenses y franceses han desarrollado un nuevo sistema que permite a un robot de seis patas, dañado de cinco formas diferentes –incluyendo pérdida y rotura de extremidades– adaptarse a estas averías y seguir funcionando. El método se basa en nuevos algoritmos que hacen posible que la máquina se ajuste a los problemas imprevistos en menos de dos minutos.
Un vídeo de 60 segundos, elaborado por el fotógrafo Anand Varma, muestra la evolución de las abejas obreras desde que son pequeñas larvas hasta que a los 21 días alcanzan su forma definitiva y salen volando. Mientras se desarrollan, las crías sufren la amenaza de unos pequeños ácaros parásitos.
La serpiente primitiva probablemente era nocturna y depredadora silenciosa de vertebrados e invertebrados. Habitaba en los medios terrestres y contaba con una extremidad inferior formada por un par de patas con tobillos y pies con pequeños dedos. Así la describen científicos estadounidenses que han analizado 73 especies de serpientes y lagartos, vivos y extintos, para realizar un árbol genealógico completo que se remonta al primer antepasado de las serpientes.
Ilustración de Yi qi en la que se aprecia el parecido de sus alas con las de los murciélagos. / Dinostar Co. Ltd
Yi qi –‘ala extraña’ en mandarín– fue una especie de dinosaurio perteneciente a la familia de los terópodos que vivió hace más de 163 millones de años. La anatomía de sus extremidades es lo que más ha llamado la atención al grupo de investigadores que en un principio pensaba que no era capaz de volar. En realidad, el hueso que se extendía desde cada una de sus muñecas le permitió tener una estructura aérea similar a la de las ardillas voladoras o los murciélagos.
Un análisis de restos de piel de Pepito, el dinosaurio jorobado de Cuenca, revela que los pies de los dinosaurios terópodos estaban recubiertos por una estructura de escamas similar a la de las aves modernas.
En esta foto del cráneo de un humano moderno y de un neandertal frente a frente, ¿echan en falta algo? Existe una característica que los primates, neandertales y humanos arcaicos no tienen: la barbilla. Investigadores de la Universidad de Iowa (EE UU) sostienen que el mentón proviene de la evolución, no de fuerzas mecánicas como la masticación.