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Las conclusiones aparecen en el último número de la revista ‘Behavioral Neuroscience’

Las feromonas sexuales, un nuevo ejemplo de estímulo natural placentero

Investigadores de la Universidad de Valencia crean un modelo de comportamiento emocional a partir de la atracción sexual entre roedores. Su estudio compara la atracción intersexual con el placer derivado del sabor dulce. Los resultados indican que el placer que provoca el sabor dulce y el que generan las feromonas sexuales se rigen por mecanismos distintos. La prueba es que el efecto de los opioides endógenos en la generación de placer afecta al sabor dulce, pero no a las feromonas sexuales.

Ratón hembra en una caja de test. Foto: SINC / Enrique Lanuza

La mayor parte de los estudios sobre los mecanismos cerebrales de la gratificación han utilizado el sabor dulce del azúcar o los edulcorantes no calóricos como estímulo placentero. Ahora, una investigación muestra que las drogas que bloquean los opioides (como la naloxona o la naltrexona) inhiben la ingesta de sabores dulces, pero no afectan a la exploración de las feromonas sexuales.

El estudio, que aparece publicado en la revista Behavioral Neuroscience, se centra en la base neurobiológica de las emociones positivas, utilizando como modelo de comportamiento emocional la atracción sexual en roedores, para ahondar en la neuroquímica del refuerzo (motivación) que está mediado por feromonas sexuales.

Enrique Lanuza, uno de los autores del trabajo e investigador de la Universidad de Valencia, explica a SINC la importancia del estudio: “El descubrimiento de un nuevo estímulo recompensante natural constituye una oportunidad para comprobar si el papel de los opioides en la generación de placer es universal o específico del sabor dulce”. En otras palabras, “permite comprobar si todos los estímulos gratificantes inducen placer utilizando los mismos mecanismos cerebrales”.

“El efecto de los opioides es diferente en el caso del sabor dulce y de las feromonas sexuales”, señala Lanuza. “En el primer caso, podemos bloquear los receptores de estas drogas y los animales pierden la preferencia; pero en el segundo, aunque los bloqueemos, no se altera dicha preferencia”.

“La atracción mediada por feromonas sexuales es independiente de los opioides, luego parece que la atracción vía feromonas sexuales va por mecanismos neuroquímicos diferentes que la de otros reforzantes naturales que se han estudiado”, subraya a SINC el investigador valenciano.

Para llegar a esta conclusión, los científicos administraron a ratones fármacos agonistas (capaces de incrementar la actividad) de los receptores opioides de tipo µ (fentanilo) y antagonistas genéricos de opiáceos (que se oponen a su acción), como la naloxona.

Como ya se había descrito, los antagonistas de opioides disminuyen la preferencia de hembras de ratón por el agua endulzada (frente al agua sin azúcar), pero no afectan a su preferencia por feromonas masculinas. Por el contrario, los agonistas de opioides eliminan la preferencia de las hembras por feromonas masculinas sin afectar a la preferencia por agua endulzada.

Son muchos los años que el equipo de Lanuza ha dedicado a estas investigaciones. “En un trabajo previo demostramos que el refuerzo mediado por feromonas no se ve afectado por la administración de antagonistas de los receptores de dopamina, otro neurotransmisor que desempeña un papel fundamental en el refuerzo por recompensas naturales, ni por drogas como la cocaína”, comenta a SINC el científico.
Todo indica que cada estímulo gratificante natural puede usar mecanismos cerebrales específicos para provocar reacciones emocionales positivas. Estudiar estos circuitos permitirá a la comunidad científica comprender en un futuro las causas de las alteraciones de los comportamientos motivados, como las anorexias y las adicciones a drogas, o de los comportamientos específicos como la ludopatía.

Referencia bibliográfica:

Carmen Agustín-Pavón, Joana Martínez-Ricós, Fernando Martínez-García y Enrique Lanuza. “Sex versus Sweet: Opposite Effects of Opioid Drugs on the Reward of Sucrose and Sexual Pheromones”. Behavioral Neuroscience 122. Nº 2: 416-425. ABR 2008

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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