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Los seres humanos procesaban grasas lácteas en objetos de cerámica hace 7.000 años. Esta es la conclusión a la que han llegado un equipo internacional de investigadores liderado por la Universidad de Bristol al analizar, a partir de una técnica de biomarcadores, los restos encontrados en vasijas prehistóricas.
“Nuestra investigación confirma que los grupos humanos prehistóricos que vivían en el Sáhara libio elaboraron productos lácteos en, aproximadamente, la mitad de las vasijas que hemos analizado”, explica a SINC Richard P. Evershed, científico de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y coautor del estudio que publica la revista Nature.
Esto sugiere que la leche y sus derivados –mantequilla, queso y yogur, sin poder definir cuál– desempeñaron una parte importante de la dieta de los humanos hace 7.000 años.
“Los datos muestran que cocinaban los productos derivados de los rumiantes muertos (vacas, ovejas y cabras) en las ollas, y también han aparecido pequeñas cantidades de productos de origen animal no rumiante, procedentes probablemente de animales salvajes locales”, apunta el experto.
Producción lechera del Sáhara central
Hasta ahora se sabía, por los restos de los esqueletos de los animales domésticos encontrados –procedentes de ganado vacuno, ovejas y cabras–, que estos animales estaban presentes en la zona desde principios del sexto milenio a. C. (hace 8.000 años), y que eran mucho más comunes en el quinto milenio a. C. (hace 7.000 años).
“Por desgracia, estos restos estaban muy fragmentados y mal conservados, por lo que no se podía decir si los rebaños de animales se criaban por la carne o por la leche. Por primera vez, presentamos pruebas químicas directas de los inicios de la producción lechera del Sáhara central”, señala.
Además, hay evidencias químicas que indican que los productos de las plantas se procesaban también en estas vasijas, hecho que se confirma con las excavaciones arqueológicas de la zona, en las que se recuperaron una gran cantidad de restos vegetales orgánicos.
Biomarcadores lipídicos y arte rupestre
La técnica utilizada para descubrir los lácteos de los rumiantes y no rumiantes fue a través de biomarcadores lipídicos –en este caso, los ácidos grasos– extraídos de los residuos de alimentos absorbidos por las vasijas. Estos se detectaron e identificaron por cromatografía de gases y espectrometría de masas, dos técnicas que permiten determinar el origen de las grasas y que se han utilizado anteriormente para datar con precisión los inicios de la producción láctea en Europa y Asia.
Otra prueba evidente del pastoreo prehistórico en el norte de África proviene de las pinturas rupestres y grabados del Sáhara. El extenso arte rupestre demuestra que el ganado jugaba claramente un papel importante en la vida y la ideología de los antiguos grupos humanos que vivían en esta región durante el Holoceno. “Sin embargo, no había ninguna prueba concluyente de que estas personas elaborasen productos lácteos, de ahí la importancia de este estudio”.
Referencia bibliográfica:
Julie Dunne, Richard P. Evershed, Me´lanie Salque, Lucy Cramp, Silvia Bruni, Kathleen Ryan, Stefano Biagetti y Savino di Lernia. “First dairying in green Saharan Africa in the fifth millennium BC” Nature 486: 390 -394. doi: 10.1038/nature11186, 21 de junio de 2012
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