Pintada de origen,
tatuada en mí nuca,
yo llevo a la Virgen,
no la olvido nunca.
Señora de la Salud,
te brindo mi gratitud,
Patrona de la región,
te rezaré una oración.
Me idearon Dioses,
con cantos y voces,
mi sangre es su llanto,
las olas mi encanto.
Nací en las entrañas
de un lago imponente,
mis cruces y hazañas
me llenan la frente.
Pátzcuaro mi orgullo,
mi cuna, mi arrullo,
de húmedo linaje,
mi casta, mi clase.
Fui bien bautizado
con agua bendita,
me siento agraciado,
mi reina es Mintzita.
Me llaman Pescado,
me apellido Blanco,
soy muy educado,
sobre todo franco.
Fui criado entre lirios,
con velas y cirios,
crecí entre las piedras,
el plancton, las hierbas.
Busco lo profundo,
adoro este mundo,
mis fuertes aletas
son dignas de atletas.
Mi color dorado,
siempre enamorado,
corazón sensible,
tranquilo, apacible.
De escamas brillosas,
láminas acuosas,
que cortan con filo,
de la red, el hilo.
Sensibles mis branquias,
de ilusiones amplias,
respiro nostalgias
de hechizos, de magias.
Me gusta nadar,
jugar y amar,
fondo de Janitzio
para ello es propicio.
Soy oro lacustre,
soy de mina ilustre,
no me han valorado,
me han mucho explotado.
Frágil de osamenta,
rosario de espinas,
presagio tormenta,
¿mi fin adivinas?
Con cuerpo pequeño,
soy feliz, risueño,
mi honor es isleño,
¡qué grande es mi empeño!
Por más existir,
por sobrevivir,
quiero ser su sueño
y vivir mi ensueño.
¡Ayuda, me extingo!,
por eso respingo,
no me desatiendan,
espero me entiendan.
Cazonci Tariácuri,
protección le ruego,
Señor Huitziméngari,
muéstreme su apego.
¿Recuerdan mi amigo “Achoque”?,
su muerte fue un duro choque,
en mi alma y sentimiento,
¿imaginan lo que siento?
¿Qué pensarán sus abuelos,
que cuidaban mis anhelos?,
¿qué dirán sus nietos?,
¡sáquenme de aprietos!
Una acción con seriedad,
le exijo a la autoridad,
resuelvan mi situación,
los premiará la Nación.
Mi hábitat decente,
le pido a la gente,
¡venga nube negra!,
la lluvia me alegra.
Requiero de aguas aseadas,
transparentes, cristalinas,
piscinas de hermosas hadas,
¿tú por qué las contaminas?
Que me siembren pido,
busquen mi cultivo,
intenten reproducirme,
ya existe técnica en firme.
La piscicultura
les dará esa ayuda,
estudios de altura,
moderna apertura.
Banco de genoma,
de la vida aroma,
¡qué viva mi especie!,
que no se desprecie.
Soy de tipo endémico,
exclusivo, ¡soy único!,
pa’l enfermo mi refrán:
“pescado blanco con afán”.
Mi cabeza piensa
y a ustedes dispensa,
que apoye la ciencia
actos de conciencia.
Podrán más pescarme,
comercializarme,
me cotizo caro,
quiero ser su amparo.
Cuando a mí me apresan,
los viejos me besan,
porque soy sagrado,
debo ser deseado.
Déjenme bailar la danza
que interpreta Don Aurelio,
casi no tengo confianza,
escucharé el evangelio.
¡Aquí no hay secreto!,
mi veda es respeto,
mi crianza es bonanza,
futuro, esperanza.
Con la boca expreso
un triste lamento,
también mando un beso,
mis penas al viento.
Yo, Kurucha Urápiti,
abogo por mí . . . para ti,
pido que mi desventura,
no se torne en tu amargura.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Isla de Janitzio, Michoacán, México, a 21 de abril del 2011
Dedicado al Maestro Don Aurelio de la Cruz Campos
Reg. INDAUTOR 03-2011-090913353800-14
Gonzalo Ramos Aranda
Gonzalo Ramos Aranda
(28.01.2015 07:59)
PESCADO BLANCO
Pintada de origen,
tatuada en mí nuca,
yo llevo a la Virgen,
no la olvido nunca.
Señora de la Salud,
te brindo mi gratitud,
Patrona de la región,
te rezaré una oración.
Me idearon Dioses,
con cantos y voces,
mi sangre es su llanto,
las olas mi encanto.
Nací en las entrañas
de un lago imponente,
mis cruces y hazañas
me llenan la frente.
Pátzcuaro mi orgullo,
mi cuna, mi arrullo,
de húmedo linaje,
mi casta, mi clase.
Fui bien bautizado
con agua bendita,
me siento agraciado,
mi reina es Mintzita.
Me llaman Pescado,
me apellido Blanco,
soy muy educado,
sobre todo franco.
Fui criado entre lirios,
con velas y cirios,
crecí entre las piedras,
el plancton, las hierbas.
Busco lo profundo,
adoro este mundo,
mis fuertes aletas
son dignas de atletas.
Mi color dorado,
siempre enamorado,
corazón sensible,
tranquilo, apacible.
De escamas brillosas,
láminas acuosas,
que cortan con filo,
de la red, el hilo.
Sensibles mis branquias,
de ilusiones amplias,
respiro nostalgias
de hechizos, de magias.
Me gusta nadar,
jugar y amar,
fondo de Janitzio
para ello es propicio.
Soy oro lacustre,
soy de mina ilustre,
no me han valorado,
me han mucho explotado.
Frágil de osamenta,
rosario de espinas,
presagio tormenta,
¿mi fin adivinas?
Con cuerpo pequeño,
soy feliz, risueño,
mi honor es isleño,
¡qué grande es mi empeño!
Por más existir,
por sobrevivir,
quiero ser su sueño
y vivir mi ensueño.
¡Ayuda, me extingo!,
por eso respingo,
no me desatiendan,
espero me entiendan.
Cazonci Tariácuri,
protección le ruego,
Señor Huitziméngari,
muéstreme su apego.
¿Recuerdan mi amigo “Achoque”?,
su muerte fue un duro choque,
en mi alma y sentimiento,
¿imaginan lo que siento?
¿Qué pensarán sus abuelos,
que cuidaban mis anhelos?,
¿qué dirán sus nietos?,
¡sáquenme de aprietos!
Una acción con seriedad,
le exijo a la autoridad,
resuelvan mi situación,
los premiará la Nación.
Mi hábitat decente,
le pido a la gente,
¡venga nube negra!,
la lluvia me alegra.
Requiero de aguas aseadas,
transparentes, cristalinas,
piscinas de hermosas hadas,
¿tú por qué las contaminas?
Que me siembren pido,
busquen mi cultivo,
intenten reproducirme,
ya existe técnica en firme.
La piscicultura
les dará esa ayuda,
estudios de altura,
moderna apertura.
Banco de genoma,
de la vida aroma,
¡qué viva mi especie!,
que no se desprecie.
Soy de tipo endémico,
exclusivo, ¡soy único!,
pa’l enfermo mi refrán:
“pescado blanco con afán”.
Mi cabeza piensa
y a ustedes dispensa,
que apoye la ciencia
actos de conciencia.
Podrán más pescarme,
comercializarme,
me cotizo caro,
quiero ser su amparo.
Cuando a mí me apresan,
los viejos me besan,
porque soy sagrado,
debo ser deseado.
Déjenme bailar la danza
que interpreta Don Aurelio,
casi no tengo confianza,
escucharé el evangelio.
¡Aquí no hay secreto!,
mi veda es respeto,
mi crianza es bonanza,
futuro, esperanza.
Con la boca expreso
un triste lamento,
también mando un beso,
mis penas al viento.
Yo, Kurucha Urápiti,
abogo por mí . . . para ti,
pido que mi desventura,
no se torne en tu amargura.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Isla de Janitzio, Michoacán, México, a 21 de abril del 2011
Dedicado al Maestro Don Aurelio de la Cruz Campos
Reg. INDAUTOR 03-2011-090913353800-14