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Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Enfermería, que coincide con el aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, precursora de la profesión en la época moderna, un 12 de mayo de 1820. En esta ocasión, el evento tiene una relevancia especial por el papel que ha tenido el personal de enfermería en la crisis sanitaria de la COVID-19.
En 2020, que quedará para siempre asociado con esta pandemia, se celebra también su año internacional. “Los y las enfermeras están en el corazón de los equipos de salud, desempeñando una función clave en los cuidados del paciente, en la prevención de enfermedades y en el tratamiento”, afirma el Consejo Internacional de Enfermería en su página.
Estos profesionales sanitarios están más cerca de la comunidad, tienen un papel particular en el desarrollo de nuevos modelos de atención. Los problemas se sitúan, sobre todo, en torno a la escasez de personal y recursos que lastran a este gremio, dice este organismo. Un estudio, publicado en 2014, ya advertía de esta escasez y estimó la necesidad de más de nueve millones de especialistas para 2030.
En estos meses de pandemia por COVID-19, que ha ocasionado más de 270.000 muertos y cuatro millones de contagiados en todo el mundo, han sido vistas como héroes y heroínas. Incluso, el enigmático artista urbano Banksy les ha dedicado un nuevo mural, en el Hospital General de Southampton (Reino Unido). La obra, titulada Game Changer, muestra a un niño sujetando a una enfermera como una supeheroína de juguete.
En España, así como en muchos otros países, la sociedad sale cada día a aplaudir al personal sanitario desde ventanas y balcones por su labor en esta crisis. Sin embargo, el personal de enfermería, al igual que sus colegas, piden que esos aplausos se traduzcan en apoyos para mejorar su situación cuando todo esto pase.
