Las larvas de la polilla de la cera son capaces de masticar e ingerir el polietileno de, por ejemplo, las bolsas de plástico. Un grupo de científicos del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria han descubierto esa capacidad en estas orugas y puede suponer un avance importante en la gestión de residuos plásticos y en la conservación del entorno natural.
Investigadores de la Universidad de Valladolid han diseñado un guante y una faja abdominal vibrotáctiles para que las personas sordociegas se puedan comunicar mediante mensajes conceptuales. El sistema está asociado a una aplicación gratuita que permite transmitir los mensajes a cualquier usuario de teléfono móvil.
No hay un planeta B. Sin ciencia es solo ficción. Hay que comprender más para temer menos. Einstein fue un refugiado. Ser científica a veces es mejor que ser princesa. Estos son algunos de los mensajes que llegaron desde las marchas organizadas el 22 de abril en todo el mundo para defender el papel de la ciencia como un pilar de la libertad y la prosperidad humanas.
Un estudio confirma el valor de la resonancia magnética y el electroencefalograma como herramientas para el diagnóstico diferencial de pacientes con epilepsia. Según los expertos, un conocimiento más profundo de la etiología de este síndrome puede facilitar el diagnóstico, el pronóstico y también ser de gran utilidad para guiar la terapia en estos pacientes.
Un estudio, liderado por investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y realizado en ecosistemas áridos de todos los continentes, ha cuantificado por primera vez cuánta biodiversidad es necesaria para el funcionamiento de los ecosistemas terrestres. Sus resultados indican que la diversidad vegetal no es consecuencia del azar en la naturaleza, si no que se organiza de una manera precisa y sistemática.
La mayor parte de dióxido de carbono emitido a la atmósfera procede de las ciudades, por lo que la planificación urbana se convierte en una de las estrategias más potentes para mitigar el impacto ambiental. En este sentido, un grupo de científicos españoles ha desarrollado una nueva metodología para estudiar la huella del diseño urbano en las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las ciudades.
Investigadores de la Universidad Pompeu Fabra han creado un circuito bacteriano que responde al aprendizaje asociativo: ante un estímulo determinado, las bacterias muestran un comportamiento condicionado. El estudio permitirá avanzar en la ingeniería del microbioma humano, un campo muy útil para el tratamiento de enfermedades complejas.
Un equipo internacional de científicos, liderado por un investigador de la Universidad de Málaga, ha estudiado las bases metabólicas y bioquímicas del maíz para encontrar nuevos cultivos que permitan la producción de grano con un menor uso de fertilizantes. El trabajo propone un nuevo modelo metabólico de las hojas de esta planta para reducir la dependencia de los abonos químicos.
Investigadores de la Universidad de Jaén han fabricado en el laboratorio bloques compuestos de cenizas de la combustión de restos vegetales desechadas previamente por la industria. De esta forma, se consiguen materiales reciclados y respetuosos con el medio ambiente que además presentan una mayor porosidad y menor conductividad térmica que los tradicionales de arcilla.
Un equipo de paleontólogos, con la participación del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, ha realizado un estudio sobre los patrones de fractura ósea de restos fósiles de 50.000 años del yacimiento francés de Abri du Marás. El trabajo, que aporta información sobre los animales consumidos y su procesamiento, ha permitido explorar cuestiones sobre el aprendizaje y la transmisión de información entre grupos de neandertales.