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Hace 66 millones de años, en las tierras emergidas de Laurasia –en la actualidad, el hemisferio norte–, una tortuga terrestre primitiva de unos 60 cm logró sobrevivir al evento que mató a los dinosaurios. Fue la única en lograrlo en esta zona del mundo, según confirma un paleontólogo español que ha analizado sus peculiares fósiles hallados en Francia.
Ilustración del Microraptor que se traga un lagarto / DOYLE TRANKINA
Paleobiólogos españoles y franceses han descrito por primera vez el crecimiento del helecho fósil Weichselia reticulata a partir de restos excepcionales del Cretácico hallados en el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca). Los resultados se han publicado en la revista PLoS ONE.
Un grupo de científicos ha analizado de manera cuantitativa la variabilidad morfológica de los hadrosaúridos, también conocidos como dinosaurios pico de pato, que fueron muy exitosos en el Mesozoico desde el punto de vista evolutivo. El estudio revela que, aunque la dentición cambió muy poco respecto a los orígenes del grupo, sus crestas, que tenían una función comunicativa, evolucionaron varias veces y dieron lugar a una variedad espectacular de formas.
Paleontólogos españoles han aplicado técnicas de luz ultravioleta para estudiar las extremidades de Concavenatorcorcovatus, conocido como Pepito, el famoso dinosaurio jorobado que cazaba hace 125 millones de años en lo que hoy día es la serranía de Cuenca. Los resultados revelan vestigios de gigantismo en la historia evolutiva de los carcarodontosáuridos, grupo de carnívoros del Cretácico al que pertenece el dinosaurio conquense.
Al sur del Estado de Utah en EE UU, un equipo de paleontólogos ha encontrado los restos de una nueva especie y género de anquilosaurio, un dinosaurio con una armadura ósea puntiaguda, al que han denominado Akainacephalus johnsoni. Sorprendentemente, el análisis de los fósiles revela que esta especie estaría más relacionada con los especímenes asiáticos que con los norteamericanos por las espinas de su cráneo.
En el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca), además de restos de plantas y animales fósiles, se están estudiando otros significativos registros del pasado remoto: los coprolitos. Estas heces fosilizadas, de gran abundancia y diversidad, revelan que los productores de ciertos de ellos eran depredadores de vertebrados, principalmente de peces, por lo que podían haber sido otros peces, cocodrilos, salamandras o incluso tortugas.
Un equipo científico ha descubierto la primera evidencia de conducta de cortejo sexual en el registro fósil de los colémbolos –unos pequeños artrópodos hexápodos y sin alas muy próximos a los insectos– de hace unos 105 millones de años. El estudio, en el que participan la Universidad de Barcelona y el Instituto Geológico y Minero de España, también documenta la evidencia más antigua de agregación en estos hexápodos que están presentes en la mayor parte de los ecosistemas terrestres.
A la hora de resolver los enigmas sobre el fin de los dinosaurios en la Tierra, África es una página en blanco. Existen muy pocos fósiles en este continente desde el Cretácico superior, hace entre 100 y 66 millones de años. Los científicos han desenterrado restos de Mansourasaurus shahinae, un nuevo dinosaurio en el Sahara que ayuda a llenar las lagunas sobre la existencia de estos reptiles al final de su reinado.
Un equipo de investigadores españoles ha descubierto en una pieza de ámbar de Birmania una garrapata fósil de unos 100 millones de años de antigüedad que chupaba la sangre a los dinosaurios terópodos con plumas. El nuevo trabajo revela la primera evidencia directa de la relación de parasitismo entre ácaros y dinosaurios con plumas, algunos de los cuales evolucionaron hacia el linaje de las aves modernas a finales del Cretácico.