En la imagen, se puede observar cómo ciertos vegetales, como los matorrales muestran resiliencia en las zonas abandonadas antes del incendio. Foto: Beatriz Duguy.
“Quemar para investigar” bien podría resumir el método de trabajo en el túnel de ensayos que tiene la Fundación Barredo en el concejo asturiano de Siero. No se trata de mera piromanía: tras el incendio, los investigadores cosechan los datos y extraen su aplicación para aumentar la seguridad frente al fuego en todo tipo de construcciones subterráneas. En total, disponen de 600 metros de túnel.