Marie Curie fue una de las primeras mujeres en conseguir un reconocimiento en el masculino mundo de la investigación científica. Desde entonces la presencia femenina en el ámbito científico ha ido creciendo de forma exponencial para intentar llegar al nivel que le corresponde. Pero, ¿cuál es la situación de la mujer del siglo XXI en el mundo de la Ciencia? Esta es una de las cuestiones que intentan resolver Conxita Solans y Marta Orive en la conferencia que organiza esta tarde la ACCC en la Biblioteca Pública de Lleida, enmarcada en la exposición '16 científicas catalanas'.
"Mujeres, ciencia y sociedad: ¿se rompe el techo de cristal?
"Aunque las mujeres han avanzado mucho, todavía tiene que avanzar mucho más". Esta es una de las conclusiones aportada por Maria Terrades, directora gerente del Parque Científico de Barcelona (PCB), que se desprenden de la mesa redonda "Mujeres, ciencia y sociedad: ¿se rompe el techo de cristal?" El acto, celebrado ayer en el Parc Científic Barcelona (PCB), fue organizado con la colaboración de la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC) dentro de la exposición 16 científicas catalanas.
El 12 octubre de 1850 abrió en Pensilvania la primera universidad de medicina para mujeres. / SINC
“Los trabajadores, especialmente las mujeres, se sienten agradecidos y comprometidos a trabajar para el patrón que les facilitó la entrada en el país, de modo que pueden padecer durante años una situación de servidumbre”, señala el investigador.
Las evidencias disponibles revelan que se produce un abuso generalizado de los derechos humanos de las personas que toman drogas, lo que aumenta el riesgo de infección y ejerce un efecto adverso sobre los programas sociosanitarios de la enfermedad. Esta publicación coincide con la celebración esta semana en Viena de la XVIII Conferencia Internacional sobre Sida.
Investigadores catalanes han estudiado las desigualdades socioeconómicas y de salud que sufren las personas mayores de 64 años. Según los resultados obtenidos, las mujeres viven más tiempo, pero tienen más limitaciones en su actividad diaria (un 53%) y menos calidad de vida que los hombres de la misma edad (30%).
La doble carga de trabajo que las mujeres experimentan a lo largo de su vida es un factor clave para explicar esta diferencia.