La ciencia ha reexaminado el tamaño y la estructura del cerebro de distintos dinosaurios, incluido el icónico T. rex. Un equipo internacional de investigadores en paleontología, ciencias del comportamiento y neurobiología ha llegado a la conclusión de que esta criatura tenía la inteligencia de un reptil y no la de un simio, como afirmaban estudios recientes
Un nuevo análisis de los restos que se pensaba que eran de juveniles de esta famosa especie han resultado tener mandíbulas más estrechas, piernas más largas y brazos más grandes. La especie, Nanotyrannus lancensis, fue nombrada por primera vez hace décadas y luego reinterpretada.