Científicos del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) han creado una máquina que detecta y separa las naranjas podridas, otra que clasifica los gajos de mandarina según su calidad y una tercera que ayuda a los recolectores de cítricos en el campo. Todos los prototipos utilizan la visión por computador para realizar la inspección automática de las frutas.
La máquina clasifica los cítricos según su calibre, coloración y el posible daño en la piel.
Una base de datos de más de 400 tipos de olivo es el resultado de 30 años de trabajo del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba, y también es el origen de la Empresa de Base Tecnológica Idolive. Recién constituida en febrero de 2011, ofrecerá un servicio integral de identificación de variedades de olivo y diagnósticos sanitarios de este cultivo mediante el análisis molecular del ADN.
El profesor del Instituto de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Biodiversidad de la Universidad de León Fernando González Andrés trabaja tanto en la Finca Matallana de la Diputación de Valladolid como en León en relación con la alelopatía, un fenómeno de autodefensa de los cultivos que puede emplearse en el control de las malas hierbas.
El 95% de los cultivos de boniato de todo el mundo se producen en países en vías de desarrollo. Es barato, nutritivo y calórico; y ahora, además, los científicos se proponen biofortificarlo para que tenga más nutrientes y sea más resistente al ambiente. Nuestro corresponsal Pere Estupinyà ha visitado el Centro Internacional de la Papa en Lima, donde su directora, Pamela Anderson, busca la mejor combinación genética para conseguir boniatos adaptados a las necesidades alimenticias de los más pobres. Tras su viaje, Estupinyà plantea una revisión crítica del debate ‘transgénicos ¿sí o no?’.
Pamela Anderson, directora del Centro Internacional de la Papa en Lima (Perú), con unas muestras de sus cultivos. Foto: Pere Estupinyà.