En contra de las costumbres más conservadoras, hacer ejercicio hasta el final del embarazo no tiene ningún efecto perjudicial en el peso y la talla del feto. Así lo indica un estudio realizado por investigadores españoles que muestra, además, la relación positiva del peso de las madres sedentarias antes del embarazo con el tamaño corporal de sus bebés.
En la imagen, un neonato recibe fototerapia.
Embrión del ratón de Seckel creado en el CNIO. Los puntos rojos indican la gran cantidad de daño genético con que estos ratones se desarrollan ya desde el embarazo.
La cantidad de oxígeno de la que dispone un niño en el útero puede afectar a su predisposición a desarrollar determinadas enfermedades a lo largo de su vida, según una investigación presentada en la reunión anual de la Sociedad de Endocrinología BES en Harrogate (Reino Unido). El estudio muestra que el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular puede estar predeterminado antes del nacimiento, no sólo genéticamente, sino también por la interacción con el ambiente existente en el útero.