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Los pingüinos de Fiordland, también conocidos como tawaki, pueden alejarse hasta 2.500 km desde sus colonias de cría. Los protagonistas del #Cienciaalobestia de esta semana pueden cubrir en total una distancia maratoniana de nado ida y vuelta de hasta 6.800 km para conseguir alimento, según un estudio publicado en la revista PLOS ONE.
El pingüino de ojo amarillo habita en un área tan limitada, al sureste de Nueva Zelanda, que se le considerada el pingüino más raro. Ahora, un estudio revela que las capturas accidentales en las redes de pesca amenazan aún más a estas aves, protagonistas de #Cienciaalobestia.
Una investigación con participación española contradice la creencia de que, en pingüinos, el desgaste que genera la crianza es igual en ambos sexos. En realidad, las hembras tienden a padecer más estrés cuando crían dos pollos frente a los machos que parecen sufrir más cuando solo crían uno. Según sus resultados, machos y hembras tienen formas muy distintas de afrontar la crianza.
Debido al impacto humano, los pingüinos africanos viajan para alimentarse hacia áreas erróneas, donde en realidad el pescado escasea. El cambio climático y los excesos en la pesca en Sudáfrica provocan esta trampa ecológica en sus zonas de alimentación y ponen más en peligro a esta especie ya amenazada.
El pingüino macaroni con su penacho de plumas./ California Academy of Sciences
Los pingüinos solo son capaces de distinguir dos de los cinco sabores: agrio y salado. Según investigadores de la Universidad de Michigan (EE UU) esto puede deberse al frío extremo de la Antártida, pero lo que aún no tienen claro es si la morfología rugosa de la lengua de los animales y su costumbre de tragar los alimentos enteros es causa o consecuencia de esta pérdida.
Investigadores españoles han estudiado la concentración de metales pesados y elementos traza presentes en las plumas de tres especies de pingüinos antárticos. Sus resultados se han publicado este mes en la revista Environmental Pollution, especializada en procesos ambientales y efectos de los contaminantes.
Un estudio estadounidense, liderado por investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de California (EE UU), demuestra que las poblaciones de pingüinos de la Antártida han disminuido hasta un 50% en las últimas tres décadas. Los autores señalan que este declive se debe al descenso de las cantidades de krills -los crustáceos de los que se alimentan-, provocado por el impacto del cambio climático.
Reconstrucción artística de Inkayacu paracasensis.