Un estudio de investigadores españoles apunta a combinar quimioterapia con fármacos que permiten inhibir dos vías de señalización celular implicadas en la progresión de los tumores. El trabajo ha analizado la interacción de la proteína IKKα con estas vías, en una búsqueda por reducir la toxicidad de las terapias.
Un equipo coliderado por investigadores del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP-CSIC) ha añadido una nueva función a una proteína gracias a métodos computacionales. Cada año se producen cerca de 400 millones de toneladas de plásticos en el mundo, una cifra que aumenta alrededor de un 4 % anualmente.
Un equipo científico mapea casi 6.000 proteínas de distintos tipos celulares del ojo, analizando pequeñas gotas de líquido ocular, para predecir la edad de una persona sana basándose en su perfil proteínico. Gracias a un modelo de inteligencia artificial que procesa esa información, se podrían observar también enfermedades asociadas a un envejecimiento molecular significativo.
En el histórico buque de guerra hallado en el estuario de la ría de Ribadeo (Lugo), el CSIC ha encontrado 78 huesos de animales, que dan cuenta de las fuentes de proteínas de la tripulación. El estudio ofrece información sobre los hábitos nutricionales y de conservación de alimentos entre los navegantes de la época moderna y colonial.
Un equipo de la Universidad de Santiago de Compostela ha estudiado la nedilación, hasta ahora conocida en otros contextos patológicos como cáncer o fibrosis hepática. El hallazgo, publicado en Cell Metabolism, resulta esencial en el abordaje de la diabetes al abrir la puerta a nuevos enfoques terapéuticos.
Un equipo del Instituto de Biomedicina de Valencia (CSIC) y del Centro de Investigación Príncipe Felipe halla un mecanismo que usan las células para evadir la quimioterapia. El trabajo abre la puerta a incorporar combinaciones de fármacos para inhibir la quimiorresistencia.
Investigadores del Instituto de Bioingeniería de Cataluña han demostrado cómo las fuerzas físicas desregulan el reloj circadiano de las células, el mecanismo que controla los cambios fisiológicos cada 24 horas y donde la proteína YAP desempeña un papel clave. El hallazgo puede ayudar a entender mejor el envejecimiento y ciertos tipos de cáncer.
El laboratorio de este bioquímico en la Universidad de Washington ha desarrollado una vacuna contra la covid-19 y tiene en marcha un espray nasal que bloquea virus respiratorios. Además, está trabajando en inmunoterapia del cáncer y catálisis para la descomposición de moléculas tóxicas en el medio ambiente, entre otras aplicaciones. Todas ellas se basan en proteínas sintéticas creadas mediante inteligencia artificial de aprendizaje profundo.
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica y el Centro Nacional de Análisis Genómica han descubierto que cuando se bloquea la función de la proteína IL-17 se retrasa la aparición de rasgos relacionados con la edad en la piel. El trabajo abre nuevas perspectivas en el desarrollo de terapias para mejorar la salud cutánea.
Esta doctora en Biología Molecular está al frente de Integra Therapeutics, una empresa que ha fusionado en su plataforma FiCAT el poder de la tecnología CRISPR Cas9 y las proteínas transposasas para solucionar las limitaciones actuales de las terapias genéticas. La tecnología, que se está probando ahora en células de pacientes y modelos de ratón, podría empezar a ensayarse en humanos en 2026.