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Concluye la expedición de Punta Arenas para estudiar el clima en el Sur del Pacífico

Mariem Saavedra Pellitero, investigadora del Grupo de Geociencias Oceánicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca, ha pasado los últimos meses a bordo del buque alemán Polarstern, una expedición que partió de Punta Arenas (Chile) para llegar a Wellington (Nueva Zelanda), y recorrer el Sur del Océano Pacífico con la misión de obtener datos de la evolución del clima oceánico.

Trabajos en el Polarstern. Foto: Dicyt.

Llegó la hora de trabajar en el laboratorio y de establecer colaboraciones internacionales después de concluir una expedición en la que participaron científicos de Chile, Alemania, Francia, India, Corea, Italia, Malasia, Australia, Suiza, Estados Unidos y España; una expedición que se caracteriza también por ser multidisciplinar, puesto que biólogos, bioquímicos o geólogos tienen mucho que aportar.

Por el momento, la colaboración de la Universidad de Salamanca se ha concretado con el equipo coreano, así como con el otro grupo español que participa, perteneciente a la Universidad Autónoma de Barcelona, ya que tienen una línea de investigación similar. Desde hace tiempo, el grupo de Geociencias Oceánicas de la institución académica salmantina se ha interesado por los sedimentos marinos y, en concreto, por unas microalgas fosilizadas denominadas cocolitóforos, que sirven de indicador para conocer las variaciones del clima en el pasado, ya que su presencia se relaciona con ciertas condiciones concretas.

En este contexto, el interés de Mariem Saavedra se centra en estudiar la temperatura del océano en los últimos 100.000 años. Para ello cuenta con las alquenonas, que son unas moléculas producidas, precisamente, por algunos tipos de algas marinas, sobre todo cocolitóforos. La abundancia o escasez de estas moléculas está directamente relacionada con la temperatura del agua en la que se desarrollaron las algas, ahora fosilizadas.

Trabajo en equipo

Sin embargo, antes de ponerse a analizar los sedimentos en los que se encuentran, deberá esperar a que los responsables de la expedición repartan el material. “Son muy estrictos y metódicos, nos piden que indiquemos exactamente qué vamos a hacer y cuáles son los potenciales colaboradores con los que contamos”, apunta la investigadora. “Existen muchos grupos con intereses parecidos y se ha potenciado mucho el trabajo en grupo”, agrega.

Fuente: DiCYT
Derechos: Creative Commons
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