El calentamiento global ha afectado a la estructura de este glaciar hasta llegar a retraerse 800 metros en algunas zonas. Si continúa ese ritmo de degradación, la formación de hielo puede colapsar en cualquier momento, según informa un nuevo estudio.
Datos de la Agencia Estatal de Meteorología muestran que las olas de calor en el país duran cada vez más días y son más frecuentes. En lo que va de siglo, ya ha habido más del doble de estos fenómenos que entre 1975 y 1999.
Una investigación alerta de que estas grandes superficies vegetales están dejando de almacenar CO2. Las causas del declive varían entre la intensificación de la tala, el aumento de los incendios y los efectos directos del cambio climático.
El sismo se ha producido en la península rusa de Kamchatka en la madrugada del miércoles. Varios países ya han emitido alertas de tsunami y están llevando a cabo protocolos de evacuación, como Japón, algunas regiones de EE UU y varios Estados latinoamericanos.
Un nuevo estudio revela que hasta un 28 % de los ecosistemas amazónicos se ven afectados por actividades humanas. Sus autores destacan que para proteger la biodiversidad de la Amazonia es importante mantener la conectividad entre sus distintos ecosistemas con iniciativas sostenibles y promover los grupos indígenas.
La Agencia Espacial Europea lanzará en agosto el MetOp-SG A1, el primero de una nueva generación de satélites diseñado para mejorar la predicción del clima extremo y medir con alta precisión la calidad del aire desde la órbita polar. Tras la puesta en órbita, estará operativo el año que viene y proporcionará observaciones durante las 24 horas del día.
Las altas temperaturas oceánicas provocan mortalidad masiva de especies, alteran hábitats marinos y afectan a la pesca y la acuicultura. Un nuevo análisis global alerta de que estos fenómenos extremos podrían presagiar un punto de inflexión en el sistema climático.
Durante la última etapa del Mioceno, el Mediterráneo experimentó periodos tanto de llenado como de sequía extrema. Investigadores de Geociencias Barcelona del CSIC proponen que la erosión junto a los ciclos climáticos fue lo que provocó estos cambios drásticos en el nivel del mar.
Durante la última glaciación, la gruesa capa de hielo ayudó a contener la actividad volcánica, ya que su peso mantenía el magma bajo la superficie. Sin embargo, el calentamiento global y el deshielo de los glaciares disminuyen esa presión, lo que podría provocar erupciones más frecuentes y explosivas.
El verano pasado fue el sexto más letal desde 2015, con 2 020 muertes vinculadas a las altas temperaturas, según el Ministerio de Sanidad. El 90 % de los fallecidos tenía más de 75 años y más del 60 % murió en agosto.