Las olas de calor marinas provocan mortalidad masiva de especies, alteran hábitats oceánicos y afectan a la pesca y la acuicultura. Un nuevo análisis global alerta de que estos fenómenos extremos podrían presagiar un punto de inflexión en el sistema climático.
Un estudio liderado por el Eastern Institute of Technology (Nueva Zelanda) y la Southern University of Science and Technology (China) revela que las olas de calor marinas en 2023 fueron de una intensidad y duración sin precedentes a escala mundial. Los detalles se publican en la revista Science.
El trabajo constata que el cambio climático provocado por las acciones humanas es el principal culpable, además de factores potenciadores específicos de cada región, como la radiación solar y las corrientes oceánicas.
Los autores también,advierten que estos resultados podrían presagiar un nuevo punto de inflexión climático.
Las olas de calor marinas son episodios intensos y prolongados de temperaturas oceánicas inusualmente cálidas. Estos fenómenos amenazan los ecosistemas marinos provocando una mortalidad masiva de sus especies y un blanqueamiento generalizado de los arrecifes de coral, que no pueden escapar de las condiciones extremas. Esto también conlleva graves consecuencias económicas, al afectar la pesca y la acuicultura.
Para entender las causas de estos fenómenos, el equipo llevó a cabo un análisis global de las olas de calor marinas en 2023, mediante observaciones combinadas de satélites y datos de reanálisis oceánicos.
“Comprobamos que, en 2023, las olas de calor marinas alcanzaron niveles récord. En comparación con la media histórica desde 1982, la actividad mundial de estos fenómenos ese año aumentó en más de un 400 %”, cuenta a SINC Tianyun Dong, investigadora del Eastern Institute of Technology y primera autora del estudio.
“Esto convierte a 2023 en el año más extremo registrado en términos de duración, intensidad y extensión espacial de las olas de calor marinas”, añade la Dong.
A escala regional, el calentamiento más intenso se produjo en el Atlántico Norte, el Pacífico Oriental Tropical, el Pacífico Norte y el Pacífico Sudoccidental. El del Atlántico Norte, que ya comenzó a mediados de 2022, persistió durante 525 días, mientras que el evento del Pacífico Sudoccidental batió récords en extensión y duración.
Los investigadores también analizaron los factores regionales que contribuyen a que estos fenómenos tengan esa intensidad y duración.
“Aunque el calentamiento a largo plazo de los océanos, causado por las emisiones de gases de efecto invernadero, es el determinante fundamental, los factores regionales modulan la forma en que se manifiestan las olas de calor en las distintas zonas”, explica Dong.
Los resultados revelaron que, en el Atlántico Norte y el Pacífico Norte, el aumento de la radiación solar fue una de las principales causas del calentamiento de la superficie oceánica.
También lo fue en el Pacífico Sudoccidental, debido a la menor nubosidad, además de una intensificación de anomalías de las corrientes oceánicas. En el Pacífico oriental tropical, las corrientes oceánicas también desempeñaron un papel fundamental.
El fenómeno de el Niño por sí solo no puede explicar la intensidad, duración y extensión espacial sin precedentes de los fenómenos de ese año
Otro de los factores estudiados fue el fenómeno climático de El Niño. El Niño - Oscilación Sur (ENSO, por sus siglas en inglés) es un fenómeno climático que representa una oscilación de las características atmosféricas y oceánicas sobre el Pacífico ecuatorial. Tiene lugar entre cada 2 y 7 años, pero tiene una periodicidad irregular.
El evento consiste en dos fases opuestas: una de calentamiento de la temperatura de la superficie del mar en el Océano Pacífico oriental y central ecuatorial, conocido como El Niño; y la fase opuesta de enfriamiento, llamada La Niña.
Según la autora del trabajo, el fenómeno de El Niño “influye significativamente en las olas de calor marinas, especialmente en el Pacífico tropical”. “Al debilitar los vientos, El Niño reduce el suministro de agua fría a la superficie, lo que provoca un calentamiento generalizado de la superficie del mar. También altera la circulación atmosférica global, afectando a los vientos, la nubosidad y las corrientes oceánicas”, explica.
Sin embargo, señala que la actividad extrema de las olas de calor marinas observadas en 2023 se produjo durante un fenómeno de El Niño relativamente débil, “lo que indica que El Niño por sí solo no puede explicar la intensidad, duración y extensión espacial sin precedentes de los fenómenos de ese año”.
Así, el trabajo demuestra que el cambio climático provocada por las emisiones de las acciones humanas es el causante principal.
Los autores también advierten que este récord podría presagiar un nuevo punto de inflexión climático.
Los puntos de inflexión climáticos son umbrales críticos en el sistema terrestre, más allá de los cuales pequeños cambios pueden desencadenar cambios abruptos e irreversibles, como el colapso de la capa de hielo, el cierre del sistema de corrientes del océano Atlántico o la pérdida generalizada de arrecifes de coral.
“La intensificación de las olas de calor marinas pueden servir como indicador de estos puntos de inflexión”, señala Dong. También pueden ser un desencadenante. “Pueden empujar a estos sistemas más cerca de los umbrales de inflexión, además de afectar directamente en los ecosistemas marinos y provocar cambios en los hábitats que pueden ser irreversibles”, añade.
Es decir, estos récords de temperaturas oceánicas “son a la vez síntomas de un calentamiento del clima y señales de alerta temprana de un comportamiento de inflexión en el sistema terrestre”, concluye la autora.
Referencia:
Tianyun Dong et al. Record-breaking 2023 marine heatwaves. Science (2025).